La hierba de la gracia de los domingos

Por Raquel Villanueva

Sección: Desde lugares que también existen

Miércoles, 6 de abril. 2022.

«Y hay en ella cuando inclina
la cabeza arcaica y fina,
-que semeja peregrina
flor de oro- al saludar,
cierto ritmo de latina,
cierto porte de menina
y una gracia palatina
muy difícil de explicar...» (1)

Canido tiene ritmo, tiene gracia y tiene porte de menina. Canido gana ya en popularidad a la ciudad que lo alberga, el siempre fascinante Ferrol. Este barrio ferrolano ha terminado por transformarse en uno de los barrios más populares, no sólo de la ciudad sino también de Galicia. En él, Las Meninas de Velázquez se han manifestado y pasean por el barrio con toda su gracia y soltura. Sus largos y amplios vestidos acarician adoquines y ladrillos. Ellas nos asaltan en cualquier pared a poco que caminemos por sus calles. Los colores de sus ropajes revisten los edificios y saludan al paseante. Canido es música, es color, es una forma especial de sentir y celebrar la vida. Un barrio singular, donde uno puede perderse, donde uno puede soñar y llegar a sentirse parte de un palpitante cuadro que ha abandonado el lienzo para hacerse real.

Un rincón de Canido, con sus «meninas» enseñoreándose del paisaje
Vikki ante parte de su proyecto

Vikki es una soñadora, de esas que saben lo que es hacer realidad los sueños. Viajera y creativa, interesada por el diseño y el arte, ha recorrido una buena parte del mundo por motivos laborales, pero su corazón siempre ha estado ligado a la Galicia atlántica, a ese Ferrol Vello y romántico donde están sus raíces, a ese barrio de su infancia, Canido. Canido es su barrio y en sus calles está impresa su vida y sus más preciados recuerdos. Fue forjando su sueño paseando por las calles del Soho de Londres, por las de Alfama y el Barrio Alto de Lisboa, por el Brooklyn neoyorquino, donde terminó enamorándose de esas tiendas singulares y con personalidad que uno encuentra en estos afamados barrios europeos. Quiso extrapolar esa esencia única, que rezuman los barrios coloristas, sabedora no obstante, de que su barrio es otro de esos que no dejará indiferente a nadie y que se ha vuelto visita obligada si uno viaja a Ferrol. Ella, quiso traerse a esta esquina del mapa, tan verde y tan bonita siempre, la realidad de esas tiendas llenas de piezas creadas con mimo, con tiempo. Cansada de ver cómo en todos los países que recorría las tiendas de artesanía locales exhibían con orgullo sus raíces, quiso volcarse de lleno en lo que siempre ha sentido, en lo que nunca ha podido dejar de extrañar. Quiso darle la espalda a la morriña que la acompañaba y decidió levar anclas de un trabajo que le había permitido viajar  por todo el mundo, pero que nunca le había gustado y en el que nunca se había sentido feliz. Decidió navegar libremente, hasta terminar fondeando en la tierra, en la ciudad, en el barrio siempre añorado. Cansada de tantos viajes, de tantos paisajes que si bien maravillosos, nunca consiguieron hacerle sombra a esta dulce y siempre madre amorosa, Galicia. Cansada de vivir a contracorriente, quiso simplemente dejarse llevar, abandonarse al río de la vida, y soñar… Soñó con una tienda donde poder encontrar  el eco del mar, el brillo de la arena, el marrón de la tierra y el verde latente de esta siempre madre Galicia.

Ruda, es una palabra en femenino. Es una planta que siempre está verde y que en primavera, se viste de amarillo intenso en sus flores.

«…hay ruda para ti; y aquí hay algo para mí:
podemos llamarla hierba de la gracia de los domingos…» (2)

En Ferrol, en el barrio de Canido, en la plaza de O Cruceiro, palpitando en pleno centro del barrio como si de un rojo corazón se tratara y acompañada por los pasos de Las Meninas, nació Ruda. Llegó al mundo gracias a la ayuda de la familia y a los ahorros de esta incansable soñadora, y crece y se engrandece día a día, gracias al boca a boca, a esas palabras siempre agradecidas de los clientes que por ella pasan y que a ella vuelven. Ruda es el sueño/realidad de Vikki. Ruda es orgullo de barrio, es diseño y costumbrista, y no es el resultado de la buena suerte, es la consecuencia del amor y la entrega de Vikki, es el fruto de su tesón, de creer que la monotonía puede romperse, que más allá de lo repetido y conocido, existe otra manera de hacer las cosas. Porque la vida no tiene por qué ser esta cansada carrera a la que nos unimos cada mañana, viviendo siempre para trabajar y apenas para nada más. Porque la vida debiera ser disfrutada lentamente. Porque el mayor tesoro que podemos tener es el tiempo. Tiempo para disfrutar del tiempo. Por eso mismo, Ruda es diferente, esconde tras de sus puertas misterios a desvelar y sorpresas que nos asaltarán de forma grata. La artesanía gallega reina en ella, plena de orgullo entre sus paredes. Cada pieza es elegida a conciencia, valorando su sostenibilidad y, por supuesto, su diseño. Desde ropa, accesorios, maravillosos macramés elaborados por la propia Vikki, tan artesanales que se afianzan sobre palos recogidos por ella misma en la playa, complementos, loza y hasta los más curiosos altavoces para el móvil, fabricados en madera. La tienda de Vikki pareciera una exposición vibrante, donde todo lo que se muestra en ella está a la venta, donde, gracias a la múltiple variedad, es difícil no encontrar algo que nos guste. Y lo mejor de todo, precios aptos para todos los bolsillos. Todo artesanal, ninguna pieza igual a otra. Una tienda personal y con alma, una gran muestra de la propia esencia de su dueña. Comercio sostenible junto con el deseo de un trabajo para vivir, para disfrutar.

Vikki disfruta de la tranquilidad de saberse en el camino elegido, un camino que no es amarillo, pero que está construido con preciosas baldosas hidráulicas. Saborea el gusto incomparable de los sueños alcanzados. Se acurruca al calor de sus gatos, disfruta del olor a canela, mira la vida con una sonrisa y ha llegado a saber que las pequeñas cosas lo cambian todo.

https://www.instagram.com/ruda.tenda/


[1] «Esta niña dulce y grave» Amado Nervo

[2] Hamlet. Shakespeare.


Raquel Villanueva Lorca (Ponferrada, 1970). Sus inicios en la lectura se remontan a sus días de infancia, creando a través de los libros un mundo paralelo repleto de palabras y metáforas.

Comenzó sus pasos en la escritura de manera tímida, plasmando en papel reflexiones, relatos cortos, e intentos de historias algo más completas y extensas.

Divide su tiempo en tres facetas: lo leído, lo escrito y lo vivido, trío de experiencias que terminan por conformar el todo que intenta ser.

Socia fundadora del Club Petronio, que intenta —junto con el Ayuntamiento, el Consejo Comarcal del Bierzo y otros organismos públicos y privados—, fomentar la lectura y activar la vida cultural de la ciudad de Ponferrada.

Tiene cuatro libros publicados: La decisión de Elsa (2007), finalista del VI Premio Hontanar de narrativa breve. La Cruz del Sur (2015), novela ganadora del I premio de Novela Corta de Editorial Fanes. Relatos de una adoratriz (2018), antología de relatos eróticos. Relatos de mar y vida (2021), obra finalista de la IV Edición del Premio Caperucita Feroz en la modalidad de conjunto de cuentos.

Varios premios y menciones especiales en diversos concursos de relatos. Colaboradora en reconocidas antologías, como en el libro de autores bercianos que se que se editó con motivo de la entrega del Premio de la Crítica Literaria 2018, que tuvo lugar en Villafranca del Bierzo a primeros del mes de abril del año 2019, o en el muy reciente libro homenaje a la poeta berciana Manuela López. Una vida, una obra.

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