Por Pilar Escamilla Fresco
Sección: Filandón violeta
Lunes, abril.2022
DECLARACIÓN DE INTENCIONES
Nos reunimos, charlamos, hilamos versos y somos libres. Somos mujeres, madres, tías, abuelas, hermanas, hijas, escritoras, amantes, trabajadoras, amas de casa, luchadoras, idealistas, soñadoras…
Nuestro hilo es la palabra, el verso nuestra arma y la lengua la artillería que usamos para defendernos.
Somos violetas. Y nos reunimos a tejer palabras con nocturnidad y alevosía. Quien nos quiera escuchar, que nos siga de cerca.
Sed bienvenidas y bienvenidos a esta nueva entrega de nuestro FILANDÓN VIOLETA.
Hoy tenemos con nosotros a una mujer que pareciera tener en su pluma el poder de las esfinges y de los calderos, todo mezclado. Elvira Martínez nos mira desde un montón de libros que parecen llenos de hechizos, con gato negro y pluma de cuervo y con cara de niña buena y mirada de bruja. No conocía la obra de Elvira, y lo que he leído de ella me ha parecido realmente poderoso, como si fueran mantras o rezos llenos de la sabiduría ancestral que debe correr por sus venas.
Como en todo filandón violeta, vamos, en primer lugar, a un breve apunte biográfico en primera persona para acercarnos un poco, desde su propia voz, a esta poeta que se divide entre la enseñanza y el estudio del antiguo Egipto. Ella misma nos habla. Escuchad.
Elvira Martínez Ropero
Soy natural de Trobajo del Camino, León. Toda mi vida estuve interesada por la literatura y las culturas antiguas, por lo que terminé estudiando Filología Hispánica en la Universidad de León, completando estos estudios con el curso de CAP y un Master de Literatura Comparada. A partir de entonces mi carrera profesional se volcó en la enseñanza de Lengua y Literatura en secundaria y bachillerato. La predilección por las culturas antiguas nunca ha salido de mi formación, desde el estudio de lenguas antiguas: latín, griego, hebreo, egipcio e incluso un poco de sumerio; hasta la obtención del título de Egiptología del Museo Liceo Egipcio de León. En la actualidad también trabajo en dicho Museo en la traducción de textos en jeroglífico con un maravilloso equipo, así como realizo en el mismo una visita teatralizada nocturna que escenifica los ritos de muerte y resurrección del Antiguo Egipto. Hace dos años cumplí otro de mis sueños, ser mamá de un niño que me enseñó a seguir luchando. Y por último, este febrero ha visto la luz mi poemario “Luciérnagas en el desierto”, que muestra todas estas facetas de lo que soy.
Como bien ha dicho ella, realiza una visita teatralizada nocturna en el Museo Liceo Egipcio de León. Me la imagino recorriendo las salas del museo pidiendo perdón a las momias por la invasión y agradeciéndoles la invitación a contar sus historias.
En un intento de acercarnos a Elvira, le hemos planteado las preguntas habituales en esta sección. Leed sus respuestas. Espero que os resulte tan fascinante como a mí.
¿Qué es para ti la poesía?
Para mí, es un sistema de comunicación diferente, que aunque utiliza las palabras las desautomatiza, las asocia de un modo nuevo, nos da una manera de expresar sentimientos, historias, sensaciones… que no podríamos comunicar de otra forma, al menos no con la precisión que nos da el lenguaje poético.
También es en mi caso una salida, como en otras ocasiones he dicho, una ventana abierta que nos permite salir cuando han cerrado la puerta y escondido la llave.
Y por último, le asocio una dimensión de empatía con el otro, de hacer propios los sentimientos o historias ajenas y sentirlas, quizá no solo el otro ajeno sino también de aquel “yo” que a veces nos es ajeno y necesita que empaticemos también con él.
La lectura de poesía es minoritaria, ¿cómo convencerías a alguien que dice que no le gusta la poesía para que se introduzca en su lectura?
Como profesora de Literatura me ha tocado lidiar con muchos adolescentes que no leen absolutamente nada, así que imagina lo que es decirles que vamos a leer poesía…Pero en mi caso ha habido una fórmula que ha sido exitosa con alguno de mis alumnos, es el empezar por conocerlos a ellos, por sentir que les gustaría decir y enseñarles como hay un poema que habla por ellos y entonces quieren más. Creo firmemente que en la educación de nuestros niños y adolescentes la base es la conexión con ellos, con sus preocupaciones y sus gustos porque a través de ello conseguimos elevarles a otros gustos, artes, historias y muchas veces nosotros también nos enriquecemos con las suyas.
Poeta, profesora, egiptóloga y mamá… ¿cómo integras la poesía en tu día a día y en tus obligaciones personales y laborales?
Tengo la enorme suerte de que tanto mis obligaciones laborales como las personales no son una carga pesada para mí, estoy donde quiero estar haciendo lo que me gusta hacer y sé que eso ayuda muchísimo a que la carga sea más ligera. Pero, sí que es cierto que para poder compaginar tan diferentes facetas hay que hacer malabarismos, ser constante y cuadrar muchas cosas. La poesía en todo esto encaja como medio de liberación, como parte de mis hobbies y como modo de expresión de lo que necesito decir y de esa manera entra en el cuadrante de mi vida, pues tiene su espacio necesario en ella. La poesía no me necesita pero yo la necesito a ella, como escritora y como lectora.
¿Qué le dirías a alguien que empieza ahora en el mundo de la escritura poética?
Pues yo también estoy ante mi primera publicación poética, aunque escribo desde hace bastante tiempo. Por ello, mi consejo es que encuentren tiempo para escribir, que lean con calma, que escuchen a otros, que compartan con los demás y que no pierdan las oportunidades de aprender y de emprender. Quizá muchas veces nos conformamos solo con escribir y sacar lo que sentimos o contar algo con ello, pero la realidad es que si lo sacamos siempre sentimos esperanza de que alguien lo lea, así que también aconsejo enfrentarse a los propios miedos. Por supuesto, también considero fundamental el trabajar lo que uno escribe y mostrar la mejor versión de todo lo que hagas, ya sea poesía o cualquier aspecto de la vida.
El 22 de febrero ha visto la luz su primer poemario: “Luciérnagas en el desierto” en la editorial La poesía mancha. Lleva unos padrinos de lujo: Carlos Salem y Nohelia Alfonso Sáez (que ya salió también en esta sección). Es un poemario ilustrado por la artista leonesa Ana Pedregal. Mirad esta pequeña muestra y buscadla en las librerías y en la propia editorial porque merece la pena sumergirse de lleno en sus páginas.
MUESTRA DE SU OBRA (para abrir el apetito)
Sobre la tierra roja “El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides" (Proverbio árabe) I El tiempo es un viento veloz de tormenta. A veces, relampaguea ante mi ventana, cierro los ojos y tengo una cana nueva. Nos asusta mirar el reloj, descubrir que ya es tarde para jugar otra partida y que él tiene mejores cartas. (Contrario a lo que dicen, no vuela. Somos nosotros los que corremos, pero siempre nos alcanza). II Mientras tanto, las pirámides siguen allí, imperecederas, sobre la abrasadora arena. Humildes o colosales, alineadas con el universo o quizá sólo bien situadas, en el lado del Nilo que desampara. Observan todo desde hace tanto que ni siguiera el sol recuerda su vida sin ellas. Vigilan que el tiempo no se pare, pero consiguen que tema que llegue un día en que muera y ellas sean las que recojan, cierren la historia y apaguen. Ahora ya sabes, viajero, por qué corre tan rápido el tiempo.
Cruzar sin semáforos Temblando el mar enfurecido, ni él os quiere en su sendero. La naturaleza no entiende de hambre ni destierros. El agua no ve los motivos. La playa más cercana no siente el desespero. Dolor, dolor, dolor, no hay otra palabra que describa el semblante de un cuerpo bocabajo, de un rostro en el fondo del mar que fue camino. En mitad del andar de la vida, siento que hemos perdido la audición de los delfines y no escuchamos ya los gritos llenos de océano. Dejamos de ver al prójimo en todos los ojos, solo se aparecen en aquellos que, azules, nos conmueven el instinto. No hay belleza en el horror. No hay consuelo en los acantilados. Solo piedras afiladas tras las pupilas de lo que soñaste como patria.
Polvo soy... No, no tuve la muerte en los talones. La tuve dentro, estrujándome los miedos, me los susurraba y los exprimía, me recordaba la debilidad de la carne. que puede romper mi piel y con un soplido hacer ceniza con mis huesos. Durante cinco días me repetía, burlona, que sería suya al cerrar mis párpados. Por eso ahora no sé dónde esconderme cuando sus palabras me acunan el insomnio y puedo leer sobre la almohada que otra noche ya no duermo... No es su guadaña lo que me asusta, ni su capa negra con capucha. Tampoco sus manos blancas ni ese eterno halo de tristeza. Es la locura de su búsqueda, la estela que deja junto a lo que fuiste, el azar de sus decisiones, el tacto de sus manos, atrapando mis tobillos bajo las sábanas. Por eso me acuesto con la vida temblando, por si hoy no encuentro motivos suficientes para ignorar su llamada y dejo que lentamente me arrastre con ella bajo este suelo. (Luciérnagas en el desierto, Editorial La poesía mancha, 2022)
Como podéis ver, un libro potente que anima a profundizar en su lectura. Mucha suerte con esta primera publicación, Elvira. No dudo de que habrá más y de que te seguiré la pista. Gracias por tu colaboración y entusiasmo.
TEJIENDO EN LA SOMBRA
Tejiendo y leyendo y escribiendo y viviendo y soñando y amando y… y todo lo que hago siendo todo lo que soy. Ahí estoy yo, detrás de este filandón violeta, intentando sobrevivir en una gran ciudad donde me siento hormiga, leyendo, escribiendo y recitando poesía, siendo madre, trabajadora y poeta de guardia, como decía nuestra querida Gloria.
Me llamo Pilar Escamilla Fresco y si quieres saber de mí búscame aquí: www.caradeluna.es
Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida. Y si tienes hijos, léeles poesías. Sin poesía, no hay vida.