María Stoyanova: Mutación y cambio desde el ámbito artístico.

Por Isabel Llanos

Sección: Inspiratrices.

Con varios proyectos en curso actualmente, se atreve ahora a verbalizar su último descubrimiento liberador canalizado a través de su propia experiencia como docente en su Atelier Escènic y que ha encauzado en un nuevo proyecto abierto a todo tipo de personas, no necesariamente del ámbito artístico El arte cura porque ella misma está siempre en constante movimiento, en constante evolución, en constante crecimiento. Ella misma se describe como “una mujer que va mutando, que va cambiando”.

Maria Stoyanova en «Paisajes de Chéjov».
Fuente: http://www.mariastoyanova.com

Nacida en 1974 dentro la dictadura búlgara, “el mismo día que Fredy Mercury, un 5 de septiembre”, esta mujer artista y valiente ha llevado una vida tan atípica y pasional como lo son sus creaciones artísticas. Desde bien pequeña hizo con sus padres varios viajes a Cuba, donde aprendió a hablar castellano y donde también decidió que no quería vivir en Bulgaria. “Cruzar el charco tantas veces, y de pequeña, te forja de una manera muy especial”. Y siempre tuvo claro que quería instalarse en Barcelona “no en España, yo siempre hablaba de Barcelona”: una vieja postal, la canción de su admirado Mercury y unos catalanes con los que entabla amistad mientras estudia Turismo y trabaja de camarera en Sofía, son determinantes para acabar de afianzar su decisión.

Fue en plena pubertad, con 14 años, cuando descubre su vocación de actriz de la mano de su propia inspiratriz, una profesora de literatura apasionada de las letras, muy emocional, que lloraba al leerles poesía y que llevaba a sus alumnos a  ver toda clase de teatro, entre ello esa difícil obra para una niña de Beckett como es Esperando a Godot. A esa edad María ya leía, y comprendía, los subtextos y la complejidad de la obra de Anton Chejov, uno de sus referentes creativos.

Ya lo tenía todo claro: quería ser actriz y vivir en Barcelona, pero ese era un sueño inalcanzable para una jovencita que vivía en un país donde el arte se entendía como pasatiempo y no como un sensato futuro laboral. “Vete lejos para hacer el ridículo”, le espetó su mejor amigo tras abrirle el corazón y contarle sus secretas aspiraciones. Así que se dedicó a ahorrar hasta cumplir dieciocho años, y juntar el resto del dinero que necesitaba con contribuciones de su pandilla de amigos hasta reunir los mil trescientos euros con los que podría asegurar su estancia de trece días en Barcelona y, gracias a la amistad de aquellos catalanes que conoció trabajando, conseguir la carta de invitación para entrar a España un 15 de marzo de 1993.

Cartel de Mutation#2, una de sus performances.
Fuente: http://www.mariastoyanova.com

Barcelona no era el paraíso soñado. Tenía que trabajar y no tenía papeles. Quería formarse como actriz y no tenía dinero. Recurrió a la profesión estrella dentro del mundo de los actores: camarera. Poco a poco, las interminables jornadas de trabajo dieron sus frutos, consiguió su documentación y por fin pudo comenzar a formarse en el Colegi del Teatre, entre otros centros, donde conoció a su mentor Peter Gadish con el que creció durante diez años. Como tantos alumnos del maestro, ella deseaba que le dirigiese su primera creación, pero él se resistía. No fue hasta que visitó su casa y la vio repleta de papeles, vestuario y objetos, que no se prendó de la pasión con la que María se entregaba al arte y aceptó dirigirla en “Gitana en Barcelona”.

Gitana en Barcelona. De Maria Stoyanova

Esta pieza marcó, sin duda, un antes y un después en su trayectoria. No sólo porque la crítica se rindió a esta mujer joven y potente, arriesgada y entregada en escena recompensándola con un premio AD Sebastià Gasch de las Arts 2004, sino que hace 75 representaciones de la obra en sólo un año. “Con ese espectáculo descubrí que sólo quería ser actriz. Vivir y ser sólo para la actuación. Y me convertí en profesional. Quise actuar 21 días seguidos para motivar ese cambio, porque en el Osho dicen que no puedes entender una práctica sino la haces durante ese periodo de tiempo seguido. Más tarde también he sabido que a nivel científico también se dice que debe ser así para generar la creación de un hábito”.

Y encontró un lugar underground, La cuadra mágica, donde pudo estar esos 21 días encerrada actuando sin parar. Y el último día había tanta gente esperando para entrar, que tuvo que acabar, remontar y volver a hacerlo de nuevo.

Una imagen de Madame Butterflay
Fuente: http://www.mariastoyanova.com

Después he aprendido que sólo sé hacer cosas que parten de mí, o que sean anécdotas concretas, que todo sale de un lugar muy autobiográfico. Yo no quería, quería hacer otras cosas, pero no me salía. Es más, ya estaba presente en esa primera “Gitana en Barcelona”, pero yo no lo sabía. Cuando me planteé enseñar, entonces sí, ya era consciente de ello. Cuando trabajé con Madame Butterfly me di cuenta de que estaba entrando y trabajando con las mujeres de mi familia, volcando un montón de material propia, pues si no era así no podía despegar la creación. Aunque siempre tengo algo que me guía, como la Madame Sade de Mishima. Pero he descubierto que no puedo hablar desde un personaje, tengo que hablar desde mí. Si las cosas te tocan a ti, entonces tocan al espectador

The Movement of Live ( con Fátima Tocornal – Maria Stoyanova), en el trabajo basado en Madame Butterflay
«Sade was myself» de Maria Stoyanova – Trailer

Recuerdo entonces mi relación con ella, cómo la conocí. Había ido a ver una de sus performances de larga duración a la Sala Fénix. Estaba haciendo un ciclo de 22 performances de 7 horas llamado Paisajes de Chèjov: viajes del alma (2014).

Entrevista sobre su performance: Paisajes del alma, basado en la obra de Chéjov.

Yo llegué a media mañana y entré en una sala a oscuras con pocas personas. En el escenario, a ras de suelo, estaba ella. Avanzaba milimétricamente extrayendo una cinta de película de una bobina. Estaba desnuda, con palabras escritas sobre su cuerpo. El público tenía instrucciones para poder entrar y participar. En un momento dado, por su pierna empezó a gotear sangre. Le había llegado la menstruación. La performance seguía. Máxima entrega, la vulnerabilidad y la fuerza femenina al mismo tiempo entregada con generosa humildad al público. Han pasado siete años. Hoy se potencia en medios sociales la legitimidad de la menstruación. En siete años han cambiado muchas cosas, pero entonces, ella era en eso también una precursora. Como lo fue estrenando embarazada de tres meses su interpretación de la obra de Mishima, que evolucionaba con el público mientras crecía su barriga. Aún tuvo fortaleza para parir y seguir dos semanas más, hasta acabar el compromiso de las actuaciones, con el bebé de días acompañándola.

Cartel del espectáculo sobre Sade.
Fuente: http://www.mariastoyanova.com

Ese nacimiento y la dedicación y compromiso que requería su maternidad la hizo pensar en qué podía hacer para conciliar, y decidió entregar aquello que ella sabía hacer para otras personas y creó su Atelier Escènic y comenzó a formar y crear en base a lo que es su propio método de investigación y creación escénica. Con un ejemplo tan generoso, no pude menos que dejarme seducir para vivir esa experiencia creativa, menos fácil, intensa, potente, deconstructiva, pero que me llevó a reconciliarme con la escritura y a reencontrar mi eje vital en la palabra.

Para María es la obra sobre Chéjov y cómo la relaciona con la performance donde encuentra el conflicto que mantiene en su vida. La dicotomía entre hacer teatro (como ficción) y performance (como acción) que separa ambos. Y para hacer las perfomances de larga duración, sobre todo, una de sus referentes es la emblemática Marina Abramovicsobre todo hay referentes que no es que vayas a hacer lo mismo que ellas, pero por el mero hecho de que ellas se hayan atrevido a hacer todo, lo que te dan es el permiso para que tú te atrevas también a hacer lo que te dé la gana. Esa libertad que los grandes nos dan, que los ves ahí, y está tan convencido y lo está haciendo de tal manera, que eso es lo que a mí me toca el corazón, más que el resultado artístico que puedo cuestionar y opinar si me gusta más o menos. Es cuando detecto a artistas que están comprometidos con ellos mismos y que hay un fondo, es cuando a mí me llega la inspiración. Me conecta para poder comprometerme yo y poder hacer las cosas que hago”.

Desde hace pocos años se ha trasladado a vivir a Segur de Calafell y está organizando un Festival de artes escénicas para los días 2 y 3 de julio de este año. Sigue combinando la formación y guía de otros artistas en su Atelier Escénic y participa en un LAB Colletivo on line internacional.

“Los hombres y las mujeres sí que es cierto que tienen diferentes sensibilidades y maneras de enfocar distintas. Tengo algunos alumnos, pero la mayoría son mujeres. Y los hombres que vienen son muy especiales o han hecho un trabajo previo o tienen una determinación. Es como si ellos no tuviesen la fortaleza para estarse preguntando e indagando todo el tiempo en quién soy, qué quiero, dónde voy, por qué me pasan las cosas… Yo tengo esperanza en la mujer. Yo creo que el mundo tal como está y cómo ha sido dirigido durante siglos, ya nos lo estamos comiendo a diario, este planeta está mal porque ha habido una gestión que ha olvidado a la mujer y a lo femenino y nos está pasando factura. Y cada vez soy menos tolerante con muchas maneras de hacer”.

Su próxima propuesta formativa en línea es para este mismo 17 de abril, y se engloba dentro del programa “El arte que cura”, donde tratará cómo abordar las resistencias, aquellos boicots que, artistas y no artistas, interponen en su vida para eludir los esfuerzos y sufrimientos que supone en ocasiones asumir la verdad en su proyecto escénico en paralelismo a su comportamiento vital.

Monográfico online dentro de su proyecto personal «El arte que cura».
Fuente: @atelierescenic

Más información sobre María Stoyanova y su obra:

http://www.atelierescenic.com/

http://www.elartequecura.com/

https://www.youtube.com/user/mariasstoyanova/videos

http://www.balzer-stoyanova.org/

www.experimentalroomfestival.com


Isabel Llanos es una polifacética artista leonesa de amplia formación y ejercicio en muy diversos campos profesionales. En su faceta periodística ha participado y participa en muy diferentes medios, ligados a temas tan variados como su propia formación y ejercicio profesional le permiten, a lo largo y ancho de toda la geografía españolas, siendo parte activa en la creación del Decálogo sobre tratamiento informativo de las noticias sobre violencia de género impulsado por la Regidoria de la Dona y el Col.legi de Periodistes de Catalunya. Ha publicado numerosos textos docentes y formativos en diversas materias, mientras desempeña su labor como docente para diversas universidades e imparte conferencias y talleres especializados para empresas e instituciones. En la faceta más creativa, con una amplia formación en diversos estilos y géneros, sus textos aparecen editados en diferentes publicaciones colectivas, preparando en estos momentos su primer poemario en solitario que saldrá a lo largo de este año.

Tiene también una amplia experiencia en el mundo del teatro, donde tras una continua e intensa formación con diversos/as protagonistas del mismo a nivel nacional e internacional, ha escrito diferentes obras que ha llevado a escena, además de su trabajo como actriz tanto en teatro como en cine. También forma parte de los colectivos artísticos Prostíbulo Poético (desde 2015), con quienes ha actuado en España y Reino Unido, Teatre del Límit (ganando el Festival Croquis 2017), #amíNOmecallas (denuncia artística), Erráticas, girando por todo el país con el espectáculo Fuga en mí menor (poesía escénica) en 2017 y Labios de papel (poesía en femenino). Ha participado en numerosos recitales poéticos. En 2018 funda la sede en León de la red internacional Hors Lits.

(Para más información, acudir a su anterior publicación Inspiratrices o a sus redes sociales )

Twitter @Isabel_Llanos

https://www.instagram.com/isabllanos/?hl=es

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