FLORENCE PRICE, LA EMOCIÓN DE LAS PEQUEÑAS COSAS. Por Marta Muñiz Rueda

Sección: Mujeres en la Música

Lunes, 8 de abril. 2024

Descubrí a esta compositora enseñando una de sus partituras para piano, como suele sucederme muchas veces. Concretamente, llamó mi atención su “Tickling Toes”, una pieza breve que describe la alegría infantil de jugar sobre la hierba con los pies descalzos. Me sorprendió gratamente el carácter juguetón de la obra, lo bien captada que estaba esa esencia de lo feliz, de la despreocupación que todos sentimos en la niñez al hacer travesuras, de ese rescoldo de Mark Twain que late en cada nota y pude concluir que la música de Price logra transportarnos allá donde ella se siente viva.

Florence Price fue una compositora británica que creó obras para instrumentos solistas pero también para orquesta, de hecho, fue la primera mujer afroamericana en poder estrenar una obra sinfónica.

Nació el 9 de abril de 1887 en Little Rock, Arkansas (EEUU) y falleció el 3 de junio de 1953 en Chicago, Illinois, a causa de un accidente cerebrovascular.

Podemos considerar a Florence una mujer polivalente y muy versátil en el campo de la música, pues fue una reconocida compositora como hemos dicho, pero también pianista, organista y profesora.

Sus padres (Florence y James) tuvieron tres hijos, ella tenía dos hermanos varones y a pesar de los problemas raciales de la época, la familia Smith (este era su apellido de soltera), era una familia muy respetada en su comunidad. Su padre era dentista y su madre profesora de música. De hecho será ella quien guie a la pequeña Florence en sus primeros pasos en este terreno del sonido y quien complete su formación musical inicial.

Podemos considerar a Price una joven prodigio, pues su primera interpretación en público tuvo lugar con tan solo 4 años y compuso su primera obra a los 11. Con 14, se graduó como la mejor estudiante de su promoción.

Tras estudiar secundaria, se matriculó en el Conservatorio de Nueva Inglaterra en Boston, Massachusetts, especializándose en órgano y piano. Para evitar la discriminación racial que habría sufrido en esta etapa se hizo pasar por mexicana. Estudió composición y contrapunto con los profesores George Chadwick y Frederick Converse. Fue durante esta etapa cuando compuso su primer trío de cuerdas y su primera sinfonía. En 1906 se graduó con honores y obtuvo su titulación.

Una joven Florence Price

En 1910 se trasladó a Arkansas, ya que se convirtió en jefa del departamento de música de la Universidad Clark Atlanta, una universidad en la que estudiaba población de raza negra. Allí conoció al abogado Thomas J. Price, con quien se casó en 1912. Como el tenía su consultorio en Little Rock, se mudaron allí, pero no se quedaron mucho tiempo, decepcionados y temerosos por incidentes violentos de corte racial.

Como muchas familias negras que vivían en el sur, se mudaron al norte durante la Gran Migración, escapando de las leyes de segregación racial de Jim Crow. Así fue como llegaron a establecerse en Chicago, una ciudad ya muy industrial y con bastantes oportunidades.

En Chicago, Florence Price comenzó un período nuevo y satisfactorio en su carrera como compositora. Estudió composición, orquestación y órgano con los principales profesores de la ciudad, incluidos Arthur Olaf Andersen, Carl Busch, Wesley La Violette y Leo Sowerby. Publicó cuatro piezas para piano en 1928. Mientras estuvo en Chicago, Price se inscribió en varias ocasiones en el Chicago Musical College, el Chicago Teacher’s College, la Universidad de Chicago y el American Conservatory of Music, donde estudió idiomas y materias de artes liberales, así como música.

Los problemas financieros y el abuso de su esposo hicieron que Price se divorciara en 1931. Se convirtió en madre soltera de sus dos hijas. Para llegar a fin de mes, trabajó como organista para proyecciones de películas mudas y compuso canciones para anuncios de radio bajo un seudónimo. Durante este tiempo, Price vivió con amigos. Finalmente se mudó con su estudiante y amiga, Margaret Bonds, también pianista y compositora negra. Esta amistad conectó a Price con el escritor Langston Hughes y la contralto Marian Anderson, ambas figuras prominentes en el mundo del arte que ayudaron en el futuro éxito de Price como compositora.

Juntos, Price y Bonds comenzaron a lograr el reconocimiento nacional por sus composiciones e interpretaciones. En 1932 presentaron composiciones para los premios de la Fundación Wanamaker. Price ganó el primer premio con su Sinfonía en Mi menor y el tercero con su Sonata para piano, lo que le valió un premio de 500 dólares.

La Orquesta Sinfónica de Chicago, dirigida por Frederick Stock, estrenó la Sinfonía el 15 de junio de 1933, convirtiendo la pieza de Price en la primera composición de una mujer afroamericana interpretada por una orquesta importante.

Varias otras obras orquestales de Price fueron interpretadas por la WPA Symphony Orchestra de Detroit, la Chicago Women’s Symphony​ y la Women’s Symphony Orchestra of Chicago.

 Price escribió otras obras extensas para orquesta, obras de cámara, canciones de arte, obras para violín, himnos para órgano, piezas para piano, arreglos espirituales, cuatro sinfonías, tres conciertos para piano y un concierto para violín. Algunas de sus obras más populares son: «Three Little Negro Dances«, «Songs to a Dark Virgin«, «My Soul’s Been Anchored in the Lord» para piano u orquesta y voz, y «Moon Bridge«. Price hizo un uso considerable de melodías y ritmos afroamericanos característicos en muchas de sus obras. Su Concierto Overture on Negro Spirituals, la Sinfonía en Mi menor y Negro Folksongs in Counterpoint para cuarteto de cuerdas, sirven como excelentes ejemplos de su trabajo idiomático.

Florence Price en su etapa adulta

Price fue incluida en la American Society of Composers, Authors and Publishers en 1940 por su trabajo como compositora. En 1949 publicó dos de sus arreglos espirituales, «I Am Bound for the Kingdom» y «I’m Workin ‘on My Buildin‘», y se los dedicó a Marian Anderson, quien los interpretó con regularidad.


*Marta Muñiz Rueda (Gijón, 1970) es escritora y músico. Ha publicado libros de poesía (El otoño es nuestro, Libro de la delicadeza), la novela Tiempo de cerezas, y los libros de cuentos 13 cuentos dementes Anna y las estrellas. Desde pequeña su vida ha estado ligada al aprendizaje y la enseñanza del piano y la composición, ya que todas las mujeres de su familia han estudiado interpretación. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y titulada profesional de piano por los Conservatorios de Gijón y León. Como compositora puso música a poemas y textos de Miguel de Cervantes y Lope de Vega en la obra ‘Duelo de ingenios’, actuando a dúo con la soprano Ana Clara Vera Merino, estrenándose con gran éxito en la Biblioteca Pública de León. También es autora de cuatro obras de teatro musical infantil en la compañía de la que forma parte, ‘Moraleja de la candileja’. Ha participado en numerosos eventos artísticos, antologías, revistas culturales y es columnista de opinión del diario de información general La Nueva Crónica.

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