RELIQUIAS FEMENINAS EN LOS CAMINOS DE SANTIAGO. Por Mercedes G. Rojo.

Sección: Miscelánea en rojo. Mujeres en el Camino III

Martes, 28 de noviembre. 2023

            Continuando con la presencia femenina que a lo largo de los años ha ido dejando más o menos patente su huella en el trazado de los Caminos a Santiago nos acercamos hoy a la manifestada a través de las reliquias, algo fácilmente entendible desde la profunda pasión que durante la época medieval se dio hacia éstas. Este proceso, iniciado hacia el siglo II, consiste en preservar los restos de los santos no sólo por veneración y respeto  sino también porque se cree en su poder de intercesión ante Dios, invocándolos como poderosos protectores celestiales en la lucha individual del creyente contra las fuerzas del mal, un fenómeno que tuvo su mayor importancia durante la Edad Media, en la que fueron fundamentales para las distintas peregrinaciones que en dicho momento se dieron.

De tal importancia nacerá una explotación general de reliquias a la que no serían ajenas las distintas rutas a Santiago, promoviendo una picaresca entre ingenua y negra en torno a ellas. Algunas fueron directamente inventadas por aquellos que intentaban explotarlas, otras, simplemente, se conseguían por métodos poco ortodoxos como robos o expolios a sus legales poseedores. En dicho contexto, las reliquias ligadas a santas y vírgenes no podían ser menos, poniendo el contrapunto devoto al mundo de la picaresca en el que eran protagonistas muchas mujeres, aunque también aquí su número queda  muy por debajo del santoral masculino. Nos acercamos a continuación a algunos de los restos más señalados, comenzando en tierras francesas.

  • El Liber peregrinationis, incita a los peregrinos borgoñones y teutones que peregrinan a Santiago por el camino francés de Le Puy, a desviarse hasta Santa Fe de Conques para venerar el cuerpo de esta santa, virgen y mártir, de gran fama  a partir del s. XI por los prodigios que a través de ella se efectuaban. La fama de los milagros en la nueva ubicación de la mártir (originalmente se encontraba en Agen, lugar de su martirio, de donde la sustraen los frailes de Santa Fe), llega al extremo de que según el mismo Codex Calixtino– se le dedique a dicha santa una de las capillas del ábside de la Catedral compostelana.
  • En Vézelay, comienzo de la vía “lemovicense” de los Caminos de Santiago en Francia, nos podemos encontrar también con la célebre reliquia del cuerpo de  Santa María Magdalena, conseguida también por procedimientos poco ortodoxos, concretamente la calavera que, junto a algunos otros restos de la santa, es aún hoy sacada en procesión el 22 de julio.
  • La entrada del camino francés en España era todo un relicario civil y eclesiástico y, dentro del mismo, en Roncesvalles, contaban se exhibió durante siglos un trozo del hábito de Santa María.  Las  que efectivamente se encuentran documentadas –todas ellas custodiadas y exhibidas en  el conocido como Relicario de Roncesvalles, también conocido vulgarmente como  “Ajedrez de Carlo Magno”  y que se guarda en la Real Colegiata de la localidad – son:Reliquia de la leche de María Santísima,  huesos de Santa Ana, Reliquia de Santa Jacinta, Reliquia de Santa Catalina, Reliquia de los brazos de Santa Cecilia y Santa Lucía,  Reliquia del sepulcro y vestido de Santa María Magdalena, de su costilla y sus cabellos,  Reliquia de Santa Petronila y Martina,  Reliquias de las Santas Balbina, Sabina, Dorotea, Úrsula y once mil vírgenes, Reliquia de las Santas Agrete, Artemia, Felicia y sus siete hijos y Santa Práxede, Reliquia de Santa Águeda, virgen y mártir.Como podemos observar todo un amplio abanico de ellas.
  • San Juan de Ortega se traslada a los Santos Lugares para conseguir, con parte de una saneada herencia, una serie de reliquias que luego expondrá una vez de vuelta a la capilla de San Nicolás, con refugio de peregrinos en lo más abrupto de Montes de Oca. Entre ellas se encontraba el cráneo de una de las once mil Vírgenes, así como reliquias de Santa Bárbara.
  • Por la otra entrada pirenaica, bajando el Somport, en Jaca, estaban encandilados con los restos inventados deSanta Orosia.
  • Y siguiendo el Camino aragonés, en Sangüesa, era visita obligada para los peregrinos la iglesia de Santiago, donde, en un ostentoso relicario, se veneran, entre otras, reliquias “de la sepultura de la Virgen María”.
  • La derivación del Camino de Santiago hacia San Salvador de Oviedo, a la llegada de los peregrinos a León o cuando se seguían los caminos de la costa, tiene como acicate la veneración del Arca Santa que, cuando en 1075 se abre en presencia de Alfonso VI y su hermana Doña Urraca, además de otros ilustres personajes, presenta entre su contenido otra porción del vestido de Santa María y leche de sus pechos virginales, junto a restos –que también se reseñan- de Santa Justa y Rufina, y Santa Leocadia. También parece que el obispo Don Pelayo reseñaba entre su contenido cabellos de la Magdalena.

Además, a lo largo del Camino, hay diversos puntos que cobran fama entre las mujeres que desean quedar embarazadas. No hay que olvidar que, en esta época, de la preñez de las mujeres dependían aspectos tales como:

  • La continuación de la estirpe
  • La casa solar
  • El sustento de los padres en la vejez
  • Y hasta la honra de la familia

En este contexto surgieron los numerosos abogados de la esterilidad femenina. Entre ellos, y dentro de la ruta, el propio Santiago solía echar una mano en estos apuros, pero entre todos el más milagroso era el santo de los Montes de Oca, san Juan de Ortega, que además de conceder la realidad de un hijo hacía que éste fuera varón.  En este sentido está reseñada la peregrinación a este santuario de la propia Isabel la Católica, en el otoño de 1477, casada con Fernando en 1469 y aún sin descendencia. Tras la peregrinación y rogativas correspondientes a San Juan de Ortega, queda embarazada de su primer hijo “Don Juan”, a quien dará a luz al verano siguiente. Quizá este hecho esté ligado con el fenómeno que dos veces al año se produce en esta iglesia románica, coincidiendo con los equinoccios de primavera (20 y 21 de marzo) y de otoño (22 y 23 de septiembre), conseguido gracias a la sabia acción de los constructores de templos que, en plena Edad Media, lograron combinar arquitectura y astronomía hasta conseguir que en dichos días del año un rayo de luz,  que penetra por una de las ventanas del Monasterio a la hora de la puesta del sol, ilumine de pleno el rostro de una Anunciación representada en un capitel románico, un hecho que es aún más impresionante si observamos que la virgen y el ángel que le anuncia la nueva no se miran entre sí, sino que ambos dirigen su mirada hacia la luz.   También pudiera estarlo con un hecho acaecido en torno al traslado del sarcófago de San Juan de Ortega, en XVII, a un mausoleo ajeno a la capilla inicial donde hoy descansa de nuevo: la salida de un enjambre de pequeñas abejas de color blanco (al abrir el sepulcro para trasladar el cuerpo) que tras revolotear por la sala se introdujeron de nuevo en el sarcófago por un agujerillo apenas imperceptible, lo que se interpreto por el deseo del santo de que sus restos permanecieran en el lugar donde se encontraban. Los diminutos insectos se tomaron por “el alma de niños que el santo tiene guardadas para las mujeres que no pueden tener hijos” y que se acercan al lugar a pedir intersección para su fertilidad.

El códex calistinus puede considerarse la primera guía del Camino de Santiago. Ya recomendaba la visita a importantes puntos con reliquias.

Como podemos observar también en este mundo de creencias milagrosas, que en muchos casos de lugar a un marcado folklore, tiene su espacio –en uno u otro sentido- la presencia femenina. Seguramente hay otros ejemplos que se quedan en el tintero, porque son muchas las rutas que nos llevan a Compostela, aunque creo haber recogido las más significativas.

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