Atracción sexual. Por Manuel Casal

Sección: Con firma masculina. Vocabulario feminista 4

Sábado, 29 de abril. 2023

Veamos una cuestión previa al tema de hoy. Aunque los conceptos de sexo, género e identidad de género serán tratados en las correspondientes entradas de este Vocabulario feminista, conviene que, para entender mejor lo que sigue, hagamos una brevísima exposición del significado de cada uno de ellos.

El sexo es una característica biológica con la que nacemos y que nos divide en hombres y mujeres. Cuando las características biológicas no están claramente delimitadas, se habla de personas intersexuales. Cuando hablamos de identidad sexual nos referimos a la manera -muy compleja- que tenemos de reconocernos desde el punto de vista sexual.

Un caso conocido de intersexualidad es el de la atleta sudafricana Caster Semenya.
Fuente: Wikipedia

La sociedad ha creado los géneros.Son las formas de pensar, actuar y considerarnos a nosotros mismos que la sociedad cree que deben corresponder al sexo que tengamos. En principio, los géneros son el masculino y el femenino, pero veremos que hay más.

Una vez creados los géneros, las personas tienden a identificarse con alguno de ellos. Hoy se admite que sexo y género son independientes, aunque la sociedad tradicional no esté de acuerdo con ello. Surgen así diferentes maneras de identificarse: masculina, femenina, trans, andrógina, neutra, bigénero, intergénero, etc., que son las diversas identidades de género.

Liebespaar, obra de Koloman Moser.
Fuente: Wikipedia

Dicho esto, pasemos a nuestro tema. Llamamos atracción sexual al proceso a través del cual experimentamos un acercamiento a una persona en la que advertimos determinadas cualidades que nos resultan sexualmente deseables.

La atracción sexual se basa en el deseo sexual. Este es una fuerza que se produce cuando el cerebro interpreta en clave sexual un estímulo que recibimos, que puede ser visual, un recuerdo, una fantasía o de cualquier otro tipo. Para designar el deseo sexual se suele utilizar en medicina el término libido. Hay que aclarar, primero, que es un término femenino -la libido-; y, segundo, que no es una palabra esdrújula, sino llana, puesto que procede de la palabra latina libido, que también lo es. Por tanto no se dice líbido, sino libido.

Pareja de enamorados. Fuente: Wikipedia

Cuando la atracción sexual se complementa con una atracción de tipo más personal, puede comenzar lo que se denomina enamoramiento, que se fortalece cuando se entrevé que el proceso es mutuo.

La atracción sexual que una persona siente por otras se denomina alosexualidad (de alo-, que en griego significa otro). El caso opuesto a la alosexualidad se da cuando no se experimenta ninguna atracción sexual. Se habla entonces de asexualidad (de a-, que en griego quiere decir negación). Entre uno y otro tipo de atracción sexual pueden darse otros casos, que debemos considerar igualmente como normales y que veremos a continuación. Señalemos que se puede experimentar placer sexual siendo asexual, esto es, que a través de la masturbación o de fantasías sexuales, una persona asexual puede obtener placer, pero sin sentir atracción sexual o deseo de tener sexo con nadie. También una persona asexual puede excitarse a través de la contemplación de la forma de ser de otra persona, y puede llegar a tener contactos sexuales con ella. Y puede establecerse una atracción afectiva sin que vaya necesariamente ligada a una atracción sexual.

Entre la alosexualidad y la asexualidad se sitúan la grisexualidad y la demisexualidad.

Cuando una persona experimenta atracción sexual en pocas ocasiones, o es de una baja intensidad o tiene lugar solo bajo determinadas circunstancias, se habla de grisexualidad o sexualidad gris.

Es también habitual que primero se dé entre dos personas un proceso de atracción sexual y que posteriormente aparezca -o no- una atracción afectiva, amorosa. Cuando se da el proceso inverso, es decir, que una persona no siente atracción sexual por otra, a no ser que previamente exista entre ellas una atracción afectiva, hablamos de demisexualidad.

Aparte de los tipos ya citados de atracción sexual, podemos distinguir los siguientes:

Heterosexualidad. Es la atracción sexual entre personas de diferente sexo.

Homosexualidad. Se trata de la atracción sexual entre personas del mismo sexo. Cuando tiene lugar entre hombres, se usa el término inglés gay, que significa alegre y que tenía unas connotaciones positivas, contrarias a las que poseía inicialmente la palabra homosexual. Si se da entre mujeres, se habla de lesbianas, término que procede de la isla griega de Lesbos, en donde vivía la poetisa Safo, que dedicada a sus amigas poemas apasionados.

Safo y Erina en un jardín en Mitilene, de Simeon Solomon. Fuente: Wikipedia

Androsexualidad. Se refiere a la atracción sexual que una persona puede sentir por los varones (la que pueden experimentar hombres homosexuales, mujeres heterosexuales y personas no binarias, que son las que no se sienten del todo ni masculinas ni femeninas) o por lo masculino (que la pueden sentir tanto hombres como mujeres). En el caso de una atracción androsexual entre dos hombres, ambos conservan su comportamiento varonil. Representa una alternativa a la disyuntiva entre heterosexualidad y homosexualidad.

Ginosexualidad. Es la atracción que una persona, sea cual sea su sexo, puede tener por las mujeres, por lo femenino o por la anatomía de mujer. La diferencia entre una persona lesbiana y una ginosexual es que en el caso de la lesbiana se trata de una mujer a la que le atrae otra mujer, mientras que en el de la ginosexual consideramos a una persona que, sea cual sea su sexo o su orientación sexual, se siente atraída por mujeres o por lo femenino.

Bisexualidad. Es la atracción sexual enfocada tanto a personas del sexo propio como del opuesto. Habitualmente las personas bisexuales tienen una atracción predominante por un sexo, pero no exclusiva.

Escoliosexualidad. También llamada Ceterosexualidad. Es la atracción sexual por personas no binarias y por personas genderqueer. Estas son aquellas que, siendo no binarias, no se sienten identificadas con ninguna de las expresiones de género, esto es, con la apariencia, el comportamiento o los gestos asociados a lo masculino o a lo femenino.

Monosexualidad. Sirve para referirse a la homosexualidad y a la heterosexualidad, en el sentido de que son personas que solo se relacionan con un solo sexo, bien sea igual al propio o diferente.

Walt Whitman. Fuente: Wikipedia

Omnisexualidad. Alude a alguien que se sienten atraído por personas de todos los sexos. A veces se usa como sinónimo de pansexualidad, pero hay un matiz que los diferencia. Así, el omnisexual dice que le pueden gustar personas de todos los géneros, mientras que al pansexual le gusta una persona, sin fijarse en el género que posee. Por si parecen conceptos algo raros, diremos que el poeta Walt Whitman ha sido considerado como omnisexual. Por su parte, las cantantes Miley Cyrus y Janelle Monáe se han declarado públicamente pansexuales.

Plurisexualidad. Es un término que engloba a quienes sienten atracción por más de un sexo o un género. Abarca la bisexualidad, la omnisexualidad, la pansexualidad y la polisexualidad, que es la atracción dirigida hacia algunos géneros, aunque no a todos con la misma intensidad.

Por último, citemos la heteroflexibilidad. Consiste en una atracción fundamentalmente heterosexual, pero con un componente homosexual limitado, que hace que no se pueda asociar a la bisexualidad. Cuando la atracción fundamental es la homosexual, pero va acompañada de algunos encuentros heterosexuales, se habla de homoflexibilidad.


Manuel Casal (San Fernando (Cádiz), 1950) es licenciado en filosofía por la U.C.M. y Catedrático de filosofía de Enseñanza Secundaria. Ha publicado varios libros explicativos de los textos propuestos para las pruebas de acceso a la Universidad, así como el titulado En pocas palabras. Aforismos. Ha participado en otros trabajos colectivos de diversa temática, como Mensajes en una botellaÁngel de nieveEspíritu de jazz o El oasis de los miedos. Colabora en revistas y periódicos y mantiene el blog Casa L, en donde se reflexiona sobre asuntos de actualidad.

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