Fina Castro. La pasión literaria

Por Raquel Villanueva

Sección: Desde lugares que también existen

Miércoles, 4 de mayo. 2022

«En algún lugar de un libro
hay una frase esperándonos
para darle un sentido a la existencia». 
                                                               (Miguel de Cervantes)

Nuestra protagonista de hoy

Narón, es una moderna urbe cosmopolita que teje sus sueños y los de sus habitantes en las veredas del río Jubia. En la zona de Sedes, de este municipio, habita Fina Castro, una interesante mujer que vive rodeada del amor de sus gatos, del amor de su marido y del inmenso amor que despliega hacia los libros.

La escritora Louisa May Alcott, escribió en su famosa novela, Mujercitas, que «los libros, son siempre buena compañía». Este libro, precisamente, fue la primera obra literaria que Fina devoró con avidez. Podríamos cambiar su título, porque para Fina Castro la obra de Alcott fue el «paciente cero», el punto de origen que desató una incansable querencia y necesidad de lecturas. Sin proceder de un ambiente con hábito de lectura, la niña que en su día fue, terminó por encontrar en los libros respuestas a muchas de sus preguntas y preguntas que surgían de su sed de conocimiento y vida. Rememora con devoción uno de sus más preciados recuerdos, cuando ojeaba con deleite la, ya mítica, revista del Círculo de Lectores, disfrutando con adelanto del sabor de los libros que en sus páginas se exponían.

De la literatura ha extraído algo fundamental y, a veces, difícil de hallar, el conocimiento de sí misma y el de los otros, también la virtud de la paciencia y la mirada libre de prejuicios. Podría haberse quedado ahí, haber seguido siendo una de esas lectoras deseosas siempre del combustible necesario que otorgan las palabras, para darles alas a sus sueños y afianzar sus realidades. Podría haberse conformado con el disfrute solitario que aporta siempre la lectura, pero ella quiso ir más allá y abrir las puertas de su pasión literaria para, de alguna manera, transmitírsela a los demás. Inquieta por naturaleza, buceó por la redes y no encontró ningún grupo literario en la comarca con el que poder compartir y debatir sobre lecturas, afinidades y divergencias literarias, por lo que decidió ser ella misma la que creara un punto de encuentro, un nexo de unión, así nació en el año 2014, a través de Facebook, El Club de Lectura Ferrolterra. Lejos de los canales oficiales y creado sin ninguna expectativa, pero sí como un experimento del ver qué pasa, del ver qué me encuentro, del ver qué puedo aprender, qué puedo transmitir. Fueron sus comienzos de forma tímida y virtual, pero terminaron por traspasar las pantallas y convertirse en presenciales. Alrededor de las mesas de la desaparecida Librería-Cafetería Lea, de Ferrol, el Club de Lectura Ferrolterra fue deshojando libros y autores, experiencias y sensaciones de sus lectores. La timidez de sus inicios ha dado paso a una comunidad de más de 650 miembros, lo cual no es nada desdeñable, comunidad que se nutre de las aportaciones de todos sus miembros y, sobre todo, de las de Fina Castro, moderadora, administradora y alma mater de este proyecto. Durante el confinamiento, el club se mantuvo igual de vivo gracias a las reuniones vía Zoom.

Uno de los encuentros del club de lectura

Más allá de la satisfacción personal, el club de lectura le ha proporcionado a Fina grandes amistades, entre las que se encuentran varios escritores, los cuales también participan aportando experiencia literaria en los debates, porque ya sabemos que nada más certero que la mirada del que obra desde dentro, del que desenreda el ovillo de la creación. Gracias al grupo, a la diversidad de gustos y opiniones, Fina confiesa que se ha abierto a otros géneros que de otra forma no hubiera descubierto. Cuando hemos de abandonarnos a la mayoría, cuando hemos de replegar nuestro gusto personal para que se amalgame con el del resto, siempre surgen lecturas que son sorpresas inesperadas, encuentros no previstos. Estoy más que segura, que eso mismo les ocurre a todos los componentes de este club, porque tal como decía Sir Francis Bacon: «Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos». Las lecturas se escogen por consenso y más allá de que la elección resulte acertada o no, el libro es diseccionado y debatido con el placer de comprobar que aun habiendo leído lo mismo, cada uno ha sentido y vivido la historia de una manera diferente. Dicen que no vemos las cosas como son, que lo que hacemos es ver las cosas como somos; creo que con la lectura ocurre lo mismo, por ello siempre esta diversidad de lectores y gustos literarios.

«Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? 
Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? 
Y al fin, libros y personas se encuentran».  (André Gide) 

Los clubs literarios suelen regirse en femenino, ya que las mujeres, suelen ser sus componentes mayoritarios. No es este el caso, ya que desde que inició su andadura ha habido en él hombres muy comprometidos, es por ello que este club palpita lleno de vida y diversidad, y a pesar de los años que lleva ya rodando, no ha perecido bajo la abrasión del tiempo y a día de hoy se mantiene igual de vivo e ilusionado que ocho años atrás.  

Decía André Maurois que “la lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta”. Si el propósito de Fina era compartir, aprender y disfrutar de su pasión por los libros, éste se ha visto plenamente realizado a lo largo de todos estos años. Espero que nunca deje de dialogar con los libros, que nunca deje de escuchar lo que su alma contesta, porque ese diálogo ha hecho que no sólo su propósito se haya logrado, sino que se haya afianzado y que  mire esperanzado e ilusionado todo ese futuro de libros que están por leer y, con orgullo, todo ese pasado de libros leídos.

«Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito,
yo me enorgullezco por lo que he leído». 
                                                        (Jorge Luis Borges) 

Para conocerles y/o contactar:

https://www.facebook.com/groups/430216920447061


Raquel Villanueva Lorca (Ponferrada, 1970). Sus inicios en la lectura se remontan a sus días de infancia, creando a través de los libros un mundo paralelo repleto de palabras y metáforas.

Comenzó sus pasos en la escritura de manera tímida, plasmando en papel reflexiones, relatos cortos, e intentos de historias algo más completas y extensas.

Divide su tiempo en tres facetas: lo leído, lo escrito y lo vivido, trío de experiencias que terminan por conformar el todo que intenta ser.

Socia fundadora del Club Petronio, que intenta —junto con el Ayuntamiento, el Consejo Comarcal del Bierzo y otros organismos públicos y privados—, fomentar la lectura y activar la vida cultural de la ciudad de Ponferrada.

Tiene cuatro libros publicados: La decisión de Elsa (2007), finalista del VI Premio Hontanar de narrativa breve. La Cruz del Sur (2015), novela ganadora del I premio de Novela Corta de Editorial Fanes. Relatos de una adoratriz (2018), antología de relatos eróticos. Relatos de mar y vida (2021), obra finalista de la IV Edición del Premio Caperucita Feroz en la modalidad de conjunto de cuentos.

Varios premios y menciones especiales en diversos concursos de relatos. Colaboradora en reconocidas antologías, como en el libro de autores bercianos que se que se editó con motivo de la entrega del Premio de la Crítica Literaria 2018, que tuvo lugar en Villafranca del Bierzo a primeros del mes de abril del año 2019, o en el muy reciente libro homenaje a la poeta berciana Manuela López. Una vida, una obra.

Un comentario en “Fina Castro. La pasión literaria

  1. No hay mejor compañía que un buen libro. La lectura es un gusanillo que te pica y se vuelve adictivo, una adicción maravillosa que te abre un mundo inmenso, una forma de volar y viajar por todas las épocas y todos los países sin ninguna restricción. Lástima que haya personas que nunca han leído por disfrute. Grande Fina, lastima que estoy tan lejos, me apuntaría de cabeza al club de lectura.

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