FADWA TUQAN. LA MADRE DE LA POESÍA PALESTINA. Por Ángeles Fernangómez

Fadwa Tuqan (Nablus. Palestina, 1917-2003)

Sección: ÁgoraFEM

Viernes, 19 de abril. 2024

Nada hay de bueno en las infancias terribles, absolutamente nada, porque un niño merece amor y atención exclusivamente por el hecho de haber nacido, sin embargo, sí hay algo en la forma de afrontar la supervivencia y abrirse paso entre el fango, algo que merece la pena ser estudiado, porque está claro que de esas infancias terribles crecen genios o monstruos. Cada cual nada por donde calcula no ahogarse y sacar la cabeza a flote para llegar a tierra, pero mientras unos miran hacia dentro y se visten con una túnica fina y alada que permita volar, otros se echan encima corazas de cuero e intentan morir matando. Así de sencillo y de complejo es el cerebro humano.

Tal vez, la poeta que nos atañe pertenezca al primero de los grupos, al de los que intentan volar por encimas de las penurias y se hacen grandes.

Fadwa Tuqan, poeta palestina, pasó la mayor parte de su infancia encerrada en su casa, sin afecto alguno de sus padres y sí con gran indiferencia, cosa que nos parece algo irreal, pero que sucedió así, tal vez por no haber sido deseada. Ni siquiera conocía la fecha exacta de su nacimiento y cuando, en una ocasión, se lo preguntó a su madre, esta le contestó sarcásticamente que lo único de lo que estaba segura era de que fue un día en el que ella cocinó un determinado plato típico y de que el año fue el mismo en que mataron a un sobrino suyo, ya que recordaba estar en el séptimo mes de embarazo. ¡Desolador! y, sin embargo, hablamos de la poeta reconocida como La Poetisa de Palestina y bautizada como La madre de la poesía palestina, nada más ni nada menos que por el poeta palestino Mahmoud Darwish, al que en su patria denominan “el Lorca palestino”.

Pero sí, dura fue su infancia. Nunca sus padres la llamaban por su nombre, sino con el apelativo de “la niña”, sin más.

Fadwa define su niñez como la época más triste de su vida y en una ocasión escribe:

Salí de las sombras de la ignorancia a un mundo que no me aceptaba. Mi madre trató de deshacerse de mí en sus primeros meses de embarazo, lo trató y lo volvió a intentar, pero falló. Mi madre quedó embarazada 10 veces. Trajo a la vida 5 varones y 5 mujeres, y nunca pensó en abortar hasta que llegó mi turno”. 

Pero Fadwa no se amilanó, se armó de fuerza y decidió cultivarse convirtiéndose en autodidacta para ello. Tal vez la poesía sí la salvó, tal como el arte salva de la desgracia de los traumas y esa es su contribución a cambiar el mundo cambiando algunas vidas como la de ella, pero el hecho es que esta mujer poeta, al igual que muchas otras en el mundo, no hubiera podido salir a flote a no ser perteneciendo a una familia pudiente, aristocrática y con poder social y político en la ciudad de Nablus, llegando incluso a gobernar la región e, incluso a día de hoy y a pesar de la ocupación israelí, sigue siendo una familia con peso.

Pero sí hubo en la familia alguien que la ayudó a sacar sus dotes a flote y destacar. Este fue su hermano, también poeta, Ibrahim Tuqan, muy conocido en Palestina sobre todo por ser el autor del himno popular palestino Mawtini (“Patria mía”), que fue cantado ya por los palestinos en su levantamiento contra el mandato británico y la inmigración judía de 1936. Hoy sigue siendo un himno muy reconocido en el mundo árabe.

Ibrahim daba clases de Literatura en una famosa Escuela. Se cuenta que, un día, leyó a Fadwa un poema de uno de sus alumnos y a ella se le pusieron los ojos como platos iluminándosele la cara. Su hermano, al ver su interés, decidió ayudarla y abrirle paso en el mundo poético dándole clases de Literatura. Así fue como pudo incorporarse a la enseñanza reglada y pasar a estudiar en Jerusalén Lengua y Literatura Inglesa. Más tarde, en el Instituto Británico de Nablus y después en Inglaterra.

Gracias al aliento de su hermano, ella acabó publicando en revistas relevantes de El Cairo y Beirut y contribuyó a darse a conocer en el mundo árabe y, más tarde, en todo el mundo.

Fue pionera en el uso del verso libre, forma de escritura poética que en el mundo árabe había iniciado la poeta iraquí Nazik Al Malaika.

Fadwa Tuqan comenzó escribiendo poesía tradicional, pero pronto escribe de forma más intimista, hablando de su lucha personal como mujer dentro de la sociedad del mundo árabe, tal como lo refleja en su Autobiografía publicada. Se rebela contra el patriarcado y contra el colonialismo sionista. Así pone su enfoque fuera de sí misma y, sobre todo, a raíz de la Guerra de los Seis Días y la ocupación de los territorios por el sionismo. Su obra se centra más en la defensa de su patria, siendo considerada una de las grandes voces de la resistencia palestina y reconocidos sus trabajos con diversos premios de carácter internacional.

De su obra se dice que es una síntesis de dulzura y resistencia y ella es considerada una de las más grandes poetas árabes.

Se calculan unos 1.200 poemas escritos por la autora. Sus obras más conocidas son A mountainous journey, The Last Melody, Le Rocher et la peine: Témoignage.

DOS POEMAS DE FADWA TUQAN

SIEMPRE VIVA

Mi querida patria
No importa cuánto tiempo te agite la piedra
Del molino del dolor y la agonía
En el páramo de la tiranía,
Ellos nunca serán capaces
De arrancarte los ojos
O matar tus esperanzas y sueños
O crucificar tu voluntad de levantarte
O de darle valor a la sonrisa de nuestros niños
O destruir y quemar,
Porque fuera de nuestras tristezas profundas,
Fuera de la frescura de nuestra sangre derramada
Fuera de los estremecimientos de la vida y la muerte
La vida va a renacer en ti otra vez…

LA LIBERTAD DEL PUEBLO

¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!
Voz que, con boca colérica repito,
bajo las balas y entre el fuego;
tras la que corro aún,
a pesar de llevar los pies trabados;
cuyas pisadas sigo,
a pesar de la noche,
en la marea de la ira aún llevada.
Yo combato, gritando:
¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!
Y los puentes, y el río sacrosanto
repiten:
¡Libertad!
Y ¡libertad!
repiten las dos orillas.
En mi patria, el ciclón, las lluvias y los truenos
lo repiten conmigo:
¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!
Continuaré escribiendo su nombre al combatir:
En la tierra, en los muros, en las puertas,
contra las brechas de las casas;
en la mezquita y el ara de la Virgen
por todos los caminos de las fincas.
Por todas las colinas, las pendientes,
las calles, las esquinas.
En la cárcel y el calabozo de tortura.
En la maderas de las horcas. Continuaré, a pesar de las cadenas,
a pesar de las casas destrozadas,
a pesar de las grandes hogueras,
escribiendo su nombre. Para ver
cómo se va extendiendo por nuestra patria y crece,
y continúa creciendo,
sin parar, hasta cubrir
palmo a palmo su húmeda tierra.
Hasta ver cómo una roja libertad abre todas las puertas
mientras huye la noche,
y aplasta la luz los fustes de la niebla.
¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!
Y los puentes, y el río sacrosanto
repiten:
¡Libertad!
Y ¡libertad!
repiten las dos orillas.
En mi patria, el ciclón, las lluvias y los truenos,
y los pasos del iracundo viento,
lo repiten conmigo:
¡Libertad!
¡Libertad!
¡Libertad!

Traducción: Montavez /Sobh

Ángeles Fernangómez fotografiada por Pilar Escamilla

Ángeles Fernangómez es una poeta y narradora leonesa residente en Madrid.

Cursos de Periodismo, Poesía y Literatura creativa. Creadora y Coordinadora del Grupo de Encuentros poético-artísticos Poética en GredosCofundadora de la Asociación Versos Pintados del Café Gijón (pintores y poetas). Organización y Coordinación de Ciclos como La Literatura Temática.

Publicaciones en revistas: Alkaid, R.Universidad Quintana Roo (México). Visítame Magazine (N.Y.) entre otras. Un buen número de colaboraciones en antologías (poesía y relato), tales como: 50 poetas contemporáneos de Castilla y León, Encuentros en Sambara, El Quijote en el Gijón, En una Ciudad Lineal, Versos Pintados, La mujer en la poesía hispano-marroquí, Filando cuentos de mujer, Amor se escribe sin sangre…

Coautora de Guiones e interpretaciones de Performances literarias: Profanando la letra, diálogos a cuerpo abierto o la de, Sylvia y Anne, oscuras novias conspiradoras.

Publicaciones en solitario (Poesía): Chupitos Poéticos (Poesía breve 2011-Edit.: Los Libros de Umsaloua) y Poemarios Papel Albal (2016) y Ven a mi burdel (2021), Huerga y Fierro Editores.

Finalista premios:  “I Certamen Jirones de Azul”, “Premio María del Villar” o Certamen “Les Filanderes”

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