MARGARITA BORJA y OLIMPIA DE GOUGUES: RECORDAR LA HISTORIA PARA ABRIR NUEVOS CAMINOS. Por Mercedes G. Rojo.

Sección: Miscelánea en rojo. Algunas mujeres de mi vida II

Sábado, 15 de junio. 2024

Corría el año 2012 y en aquel momento yo ejercía en Astorga como concejala de las áreas de Educación por un lado, de Cultura por otro y también de Igualdad y Servicios Sociales.

Con el inicio de ese año, incluso en los meses anteriores, comenzaron a soplar vientos de bicentenario con un marcado carácter belicista, pues gran parte de las celebraciones previstas giraban en torno a la guerra de la Independencia y lo que en torno a ella había acaecido en dicha fecha, con la disculpa de que esa etapa había sido históricamente muy importante para la ciudad. Y sí, como concejala de cultura que era, me tocó “comerme” la secretaría de la comisión de preparación de todos esos acontecimientos, unos con más gusto que otros, pero como concejala de Educación por un lado y de Igualdad por otro, que también era, para mí, la verdadera importancia del 1812 se apoyaba en la llegada de la primera constitución española, aquella que popularmente conocemos como “la Pepa”, por ser aprobaba –en Cádiz- un 19 de marzo, día de San José. Con ella habían llegado a España  los ayuntamientos constitucionales, entre los que el de Astorga fue uno de los primeros. Con esa idea, un buen grupo de personas –especialmente mujeres- tratamos de completar, ampliar y diversificar los actos conmemorativos de tal fecha, enriqueciendo (que no contraprogramando como algunos pretendían insinuar) una programación cultural que pretendía dar una visión diferente a un momento histórico en el que sucedieron muchas más cosas que “batallitas”, por importantes que estas fueran y aunque consiguieran echar “al ejército invasor” de nuestras murallas.

Así, el mes de marzo, en el marco de la programación que desde hacía casi una veintena de años se venía dedicando a la mujer (primero bajo la denominación de “Semana de la Mujer” y creciendo desde ese mismo año  hacia “Marzo en femenino”), la misma se dedicó a la figura de Olimpia de Gougues, una mujer que fue clave en cuanto a los derechos de las “ciudadanas”, es decir las mujeres, en el marco de la legislación que llegó a Francia tras una revolución en la que las mujeres habían luchado codo a codo con ellos, pero que –a la hora de la verdad- no se veían reflejadas  en ella.

Intervención de la entonces alcaldesa de Astorga, Victorina álvarez, en la inaguración de Marzo en femenino, 2012

La persona elegida para hablarnos de Olimpia de Gougues –y a la que tuve el privilegio de acompañar en la intervención que el 6 de marzo daba comienzo a ese primer “Marzo en femenino” que titulamos «1812- 2012. Dos siglos abriendo caminos»-  no fue otra que Margarita Borja: poeta, dramaturga, productora y gestora de actividad cultural feminista, vicepresidenta (por aquel entonces)  de la Asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura,…; una mujer cuya labor, la de visibilizar a la mujer en todos los ámbitos, coincidía con la tarea que, en aquellas fechas, marcaba también el compromiso del ayuntamiento de  Astorga que en aquel momento tenía una mujer como alcaldesa (la primera de su historia). La idea era que el trabajo teatral y literario de Margarita,  Olimpia de Gouges y la pasión de existir,nos sirviera de referencia para conocer un poco más a dicha mujer, la elegida como referencia para ese año.

LA MOTIVACIÓN:

Pero, ¿por qué elegir la figura de Olimpia de Gouges (una elección que se realizaba año tras año, de forma democrática entre las representantes de los diferentes colectivos femeninos de la ciudad, en unión con la Concejalía de Mujer e Igualdad) como punto de referencia de la programación dedicada durante este mes a la mujer?

Pues estas fueron las que yo misma señalé en el acto de inauguración de la programación de ese año, justo antes de presentar a la invitada que nos hablaría de ella: Margarita Borja.

Hace dos siglos, allá por el año 1812, nuestra pequeña ciudad de Astorga se encontraba a caballo de dos momentos muy especiales para ella, en medio de una convulsa situación política que se debatía en una guerra contra el invasor francés por un lado, mientras que por otro avanzaba hacia un constitucionalismo fuertemente apoyado por las mujeres. 

Así fue, el 19 de marzo de 1812, se promulgó en España la constitución que se conocería como «La Pepa», y que pocos años después se vería abortada por el retorno de un rey absolutista, Fernando VII, que cortaría de cuajo todos los avances conseguidos con ella. 

Las mujeres españolas, a pesar de que luego no se verían reflejadas en los artículos de dicha Constitución, no fueron ajenas a la promulgación de la misma, y apoyaron fuertemente el trabajo que se estaba realizando para conseguirla. 

Así lo hicieron un importante número de escritoras y periodistas, desde todos los círculos de opinión en los que participaban en aquellos momentos, y entre los que también circulaba el nombre de nuestra ciudad pues entre esas mujeres se hallaba la marquesa de Astorga de aquel momento. 

Unos años antes, otra mujer, francesa, escritora y política, había levantado la voz para conseguir que aquellos ideales de 

IGUALDAD – LIBERTAD – FRATERNIDAD

que hombres y mujeres defendieron codo a codo durante la Revolución francesa, se vieran reflejados, para unos y para otras, en las leyes que vinieron después. 

Pero si habían sido aptas para la lucha, parecían no serlo de igual manera  para las leyes. Y así, ella, Olimpia de Gouges – a la que hoy dedicamos nuestro «Marzo en femenino» – tuvo que elevar la voz en nombre de todas, exigiendo la igualdad de derechos. 

Esto y su lucha en favor de las mujeres más desfavorecidas y de los esclavos (entre otras circunstancias), acabaría con ella en la guillotina. 

Se había acallado una voz pero también se había abierto un camino. Un duro camino hacia la igualdad que hoy, algo más de doscientos años después, nosotras queremos recordar a través de todas esas mujeres que han seguido su misma estela: por el camino de la política, de la educación, de los negocios, de la literatura, del arte… Caminos de apertura en pos de una igualdad que solo podemos lograr si trabajamos «convencidas» y unidas a la otra mitad de la humanidad constituida por los hombres

Marzo, 2012. Inauguración de «Marzo en femenino». En la foto de dcha. a izda.: Margarita Borja, Victorina Alonso (entonces alcaldesa de Astorga), yo misma.

MARGARITA BORJA Y OLIMPIA DE GOUGES.

Como ya he dicho anteriormente, la poeta y dramaturga alicantina Margarita Borja fue la encargada de disertar largamente sobre la pionera francesa y sus circunstancias, ante un público atento que participó -tras la charla-  en un animado coloquio salpicado de preguntas y comentarios. Su conferencia descubrió al público asistente nuevas dimensiones del personaje y del momento histórico en el que vivió, destacando sobre todo su visión de futuro, adelantándose en prácticamente dos siglos a la defensa de los más débiles y especialmente de la mujer.

Muchos de los aspectos que Margarita afrontó sobre esta mujer, se vuelven aún más interesante a medida que más se conoce de ella, por ejemplo, a través del libro que dio lugar a su ponenciaOlimpia de Gouges o la pasión de existir-, y en el que no solo podemos encontrar el texto de la obra teatral que le dio pie, si no, también, diversos ensayos de escritoras que nos permiten ahondar en la figura de Olimpia a través de diferentes miradas.

ENTREVISTA A MARGARITA BORJA, UNA MUJER QUE TAMBIÉN VA ABRIENDO CAMINOS.

Tras la intervención a la que he aludido y una larga conversación con Margarita Borja, surgió una entrevista a través de la cual -tanto quienes estuvieron presentes en aquella ponencia como quienes  no pudieron hacerlo-  tuvieran más claro no solo quien era ella, también como había llegado a la escritura de una obra de teatro dedicada a Olimpia y que había sido el punto de partida para hablarnos de su figura.

Margarita Borja en «Marzo en femenino». Astorga, marzo 2012

La entrevista, publicada entonces en el blog Astorga en Igualdad que yo misma había creado ya durante mi etapa como agente de igualdad (y que seguí manteniendo durante la legislatura en la que actué como concejala del área), sigue teniendo hoy una total vigencia, y por ello la recupero para esta sección de MasticadoresFEM, en la esperanza de que anime a nuestro público lector a acercarse a estas dos figuras.

MGR.  Comencemos por conocerte un poco mejor ¿Quién dirías tú que es Margarita Borja?  

MB. Fui niña y adolescente durante el franquismo. Estudiante en Francia e Inglaterra entre el final de los 50 y los 60, situación que cambió de forma determinante mi educación y la perspectiva de mi país. Activa durante la transición, me reconozco como activista en la vida y en la cultura, acompañada por  mis amigas feministas. Mi  hijo y mi hija con sus parejas corresponsables, me han dado dos nietas, dos nietos y otro que viene de camino. Desde el mismo año en que fui abuela por vez primera,  comparto mi vida personal con una mujer.  Mis condiciones como poeta  y  teatrera se fraguaron en un convivir desde niña con el malestar de mi madre y de sus amigas,  sin alcanzar a comprenderlo del todo.  Descubrir que era la condición de la mujer, el segundo sexo definido por Simone de Beauvoir, lo que las dejaba a ellas (y a mis compañeras  y a mí) relegadas a los márgenes, por el mero hecho de ser mujeres,  me situó en un camino propio, parafraseando a Virginia Woolf. 

MGR.    ¿Cómo te surgió la idea de escribir una obra de teatro sobre Olimpia de Gouges?

MB. En un autobús de Buenos Aires, durante el post-corralito, descubrí  desde la ventanilla un pasquín que convocaba a la Comuna barrial: iban a  celebrar una asamblea para preparar las protestas ciudadanas y organizar la pobreza. Durante el resto del recorrido descubrí que, además del uso de la terminología,  toda la ciudad estaba llena de símbolos  de la Revolución Francesa, en los edificios públicos como en todo tipo de  rótulos   e imágenes populares. A los pocos días otras semejanzas dispararon el deseo de realizar en Buenos Aires el montaje sobre Olimpia de Gouges: eran sobre todo las mujeres las que organizaban la supervivencia colectiva en las fábricas y en las barriadas,  las que lideraban la protesta política.

  MGR.  ¿Puedes decirnos qué crees que ha significado esta mujer para la lucha por la igualdad, en primer lugar de las mujeres, pero también de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad?

MB. Olimpia fue la primera en sistematizar en 1791 la famosa “Declaración de derechos de la mujer y de la ciudadana”.  Tomó como modelo la propia “Declaración de derechos del hombre” de Lafayette, que finalmente fue la aprobada con un añadido de “universal” en el título que resultó ser por completo falso, pues dejaba fuera del marco constitucional y del derecho al voto a la mitad de la población: a las mujeres. Un atraso de 200 años para todas las europeas, nada menos.   Olimpia pidió un impuesto para los ricos para paliar la carestía soportada por los más desfavorecidos.  Luchó por la igualdad de derechos de herencia para las hijas e hijos naturales y solicitó penalizaciones para los hombres que abandonaban a su suerte a las madres y a las criaturas engendradas por ellos en relaciones desiguales, engañosas y tapadas. Olimpia luchó contra toda forma de esclavitud, también la nuestra.

MGR.  Si tuvieras que resumirlo en pocas palabras ¿quién dirías que fue Olimpia de Gouges? 

MB. Una mujer de energía radiante,  valiente, lúcida,  adelantada a su tiempo, creativa, que poseía un gran sentido a la vez de la libertad y de la justicia social y un pensamiento político progresista verdaderamente ejemplar. Una heroína  a la par que una creadora de sí misma: un ser mutante que hace mutar a la sociedad,  en definición de Deleuze.

MGR.   ¿Qué te ha parecido que Olimpia haya sido escogida como la mujer de referencia dentro de este mes “Marzo en femenino”, de Astorga?

MB. Un paso más hacia la esperanza. Conocer a nuestras antepasadas y tomarlas como genealogía, como modelo de referencia, nos refuerza personal y colectivamente, nos da un lugar en la historia de la ciudadanía, nos proporciona perspectiva, alas para escrutar desde la altura de miras la longitud del camino que falta por recorrer.

Con Margarita Borja durante su ponencia. Marzo, 2012

 MGR.  Está claro que las ideas que Olimpia defendía con respecto a la igualdad de derechos de la mujer, como tal y como ciudadana, aún no se han conseguido totalmente ni aún en los países que presumimos de ser desarrollados ¿cuál crees que deber ser el camino a seguir para alcanzarlos? 

MB. Unirnos cada vez más y en redes más amplias y activas, también internacionales, porque el feminismo es un internacionalismo. Observar el sabio consejo de la filosofía griega: “ir de lo particular a lo general”, que el feminismo de los 80 aplicó determinando que “lo personal es político”. Es decir que si no llevamos a la práctica la libertad y la igualdad en nuestro entorno más próximo, poco trecho recorreremos.

MGR.  ¿Cuál podría ser el mensaje que ella le diera a las mujeres de nuestra sociedad? 

MB. A mí las preguntas clave de Olimpia me siguen pareciendo herramientas clásicas, útiles hoy. Son tan certeras y dialécticas que abren ventanas al conocimiento y a la autocrítica y construyen  una mirada sagaz sobre la realidad.  En la obra de teatro que escribimos a cuatro manos Diana Raznovich y yo, el personaje Olimpia exclamaba: “Soy una coleccionista de preguntas”

MGR.  ¿Habría un mensaje especial para las más jóvenes?

MB. Que no se priven de probarse  todos los atrevidos “trajes” de Olimpia para disfrutar de sus metamorfosis y de su temperamento libre y aprender de sus ideas y su competitividad. Siempre hay que aprender  de los héroes,  y ella entra en esa categoría.  

MGR.   ¿Qué consideras que nos falta a las mujeres para creer más en nosotras mismas y luchar más activamente por visibilizarnos en la sociedad, además de conseguir alcanzar nuestras metas profesionales? 

MB. Al interior del plural “mujeres” palpita tanta  diversidad individual, tantos deseos personales…  En mi opinión se trata de buscar cada una en sí para encontrarnos  siendo inventoras de nosotras mismas, como Olimpia, y a partir de ahí, unirnos por objetivos. Y  hacer risas.

MGR.    ¿Nos recomendarías algún otro personaje femenino cuya existencia sea ejemplo de lucha por la igualdad en todos los sentidos?  

MB. Clara Campoamor,  es  la mujer a quien las españolas debemos lo más importante: el voto. “Mi pecado mortal, el voto femenino y yo” es su extraordinario  libro de memorias donde ella cuenta como sucedió todo en las Cortes constituyentes de 1931. El relato es de tal fuerza y contundencia argumental, pone tan al rojo vivo la estructura patriarcal de desprecio por las mujeres que ella consiguió remover,  que deberíamos hacerlo correr de mano en mano, y también de madres a hijas e hijos, transmitirlo como patrimonio de la humanidad digno de ser preservado  de generación en generación.

MGR.  Si quieres añadir algo a las personas mayores   

MB. Que no dejen de contarnos sus historias para que podamos aprender y conocer la realidad desde las fuentes orales.

MGR.  Gracias Margarita por contestar a nuestras preguntas y esperamos tener muy pronto ocasión de tenerte de nuevo en Astorga. 

MB.  Será un gran placer para mí volver a vuestra  histórica ciudad y compartir el compromiso con la igualdad que nos reúne. Gracias también por mi parte.

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En 2025, finalizaba la legislatura que dio lugar a iniciativas como la que acabo de contarles. Desgraciadamente, las circunstancias políticas de la ciudad cambiaron, y mucho, y el reencuentro con Margarita Borja no llegó a producirse, aunque aún conservo la esperanza de volver a coincidir con ella en algún momento. Mientras tanto les aconsejo la lectura de su libro, que seguro que les resultará de sumo interés.

El libro: Olimpia de Gouges o la pasión de existir (Edición de Margarita Borja a partir de la obra “Olimpia o la pasión de existir”, de ella misma y Diana Raznovich)

Autora: Borja, Margarita

Editorial: Publicacions de la Universitat Jaume I (Castellón de la Plana, 2011)

Sinopsis:

Construido a modo de calidoscopio, este libro ofrece como espejo inductor la obra de teatro Olimpia o la pasión de existir. Otros espejos, aportados por teóricas del teatro y del feminismo contemporáneos, giran en él sobre aleatorios ejes. La historia de una mujer imaginativa, enérgica y de claro entendimiento, que abrió caminos inesperados a la ciudadanía femenina durante la Revolución francesa, renace en secuencias de ruptura que encuentran su correlato en el agitado presente de crisis y revoluciones, con sorprendente verosimilitud. Olimpia de Gouges irradia, hoy quizás más que nunca.

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