CRISTINA SERRANO en el Filandón violeta. Por Pilar Escamilla Fresco

Sección: Filandón violeta

Lunes, 10 de junio. 2024

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Nos reunimos, charlamos, hilamos versos y somos libres. Somos mujeres, madres, tías, abuelas, hermanas, hijas, escritoras, amantes, trabajadoras, amas de casa, luchadoras, idealistas, soñadoras…

Nuestro hilo es la palabra, el verso nuestra arma y la lengua la artillería que usamos para defendernos.

Somos violetas. Y nos reunimos a tejer palabras con nocturnidad y alevosía. Quien nos quiera escuchar, que nos siga de cerca.

Sed bienvenidas y bienvenidos a esta nueva entrega de nuestro FILANDÓN VIOLETA.


Hoy nos salimos un poco de nuestra línea poética para acercarnos a una escritora de relato. Pero es que Cristina no es sólo una escritora de relatos. A Cristina la conocí siendo el alma detrás de Un cuarto propio (homenaje a nuestra querida Virgina Woolf), que era una librería ambulante. Además, coordinaba talleres tan interesantes como dispares (eso sí, todos relacionados con el mundo del libro) de encuadernación artística, japonesa, escritura creativa e ilustración. He sido fiel alumna de muchos de sus talleres y ninguno me ha decepcionado. Actualmente su cuarto propio ha evolucionado de librería ambulante a librera de cabecera, un concepto mucho más amplio donde ofrece no sólo la venta de libros, sino el asesoramiento, orientación y muchos más servicios (talleres, tertulias literarias,  mentorías, clan de lectura y acompañamiento artístico), como se puede ver en su página web: cristina-serrano.com

Pero antes de seguir, empecemos con unos apuntes biográficos para hacernos una idea del perfil tan completo y creativo que ofrece nuestra protagonista:

© De la fotografía: Isabel Wagemann

Cristina Serrano

Cristina Serrano es escritora, librera, coordina tertulias literarias y talleres de escritura, pasea, practica bikram, lee, se obsesiona con preguntas que desmenuza en su «cuaderno de divagaciones» y no cree que en la vida haya que dedicarse a una sola cosa.

Fundó «Un cuarto propio» en el año 2009, un homenaje a su amiga Virginia Woolf que escribió uno de los libros que a ella le hubiera gustado haber escrito.

Publicó «Septiembre» (2015) con la editorial Meninas Cartoneras y «Autofobia» (2019) con la editorial Huerga y Fierro. Ahora autopublica «pequeña», confeccionado con todo el amor que requieren las obras de arte y junto a un equipo de personas enormes.

Hasta ahora Cristina ha publicado dos libros de relatos. El primero lo publicó con el original sello de Meninas Cartoneras, que para los que no sepáis qué es, utilizan cartones reciclados para las publicaciones, y los decoran uno a uno, siendo cada ejemplar distinto y único. Lo llamó Septiembre. No podía ser de otra manera. Septiembre es para los que aún tenemos la mentalidad en el curso escolar, periodo de inicio, de reseteo. Tiempo de empezar cursos, colecciones y de hacer balance. Casi al mismo nivel que diciembre. Septiembre es un libro pequeño, pero sólo en número de páginas. Por su interior vemos y adivinamos amor, desamor, dolor… Un final y un comienzo para no dejar indiferentes. Y la sorpresa de descubrir qué portada te tocará, ya que como dije antes, están hechos a mano uno a uno y cada portada es única y distinta. La mía me encanta. ¿No es maravillosa?

El segundo libro de relatos juega también con septiembre, al fin y al cabo, septiembre es el mes número nueve. La numerología seguro que aquí tiene mucho que decir. Autofobia lo publicó con el sello de Huerga & Fierro, en la colección de Narrativa. Son nueve historias, entre cuyas líneas podemos ir adivinando muchas sumas de cifras que también dan el valor de nueve. El nueve cobra aquí fuerza protagonista como hilo conductor. Son historias que te atrapan y que le dan una estimulante vuelta de tuerca a la lógica narrativa.

Cuando este artículo salga publicado, estará recién presentado en sociedad su tercer y último libro, al que ha bautizado como “pequeña”. En sus propias palabras:

pequeña  es una manera de sentirnos.

El libro contiene catorce cuentos con la intención de mostrar un maltrato invisible que normalizamos en los vínculos más cotidianos como la familia o la pareja.

También, abusos que surgen por aceptar sin cuestionarnos un sistema de dominio que la sociedad ha impuesto. Este libro nace desde la esperanza de que quien lo lea contribuya con algún gesto a mejorar su vida y la de su entorno.

Seguimos en este viaje que nos acerca, un poco, a la figura de Cristina Serrano con las preguntas de la entrevista que, en este caso, he adaptado a la protagonista para que cobren más sentido. Os dejo con sus palabras.

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¿Qué significa para ti la escritura?

La escritura es mi manera de vivir. No puedo separarla del resto. Jugaba a escribir cuando aún no sabía escribir, hacer garabatos y fingir que contenían algo interesante me hacía sentir bien. Escribir me ayuda a pensar, a crear mis opiniones,  me ordena, me calma, me limpia. Al igual que necesito escribir necesito la ficción que no concibo separada de la realidad. Empatizar con personajes que nunca seré me aporta comprensión y crecimiento. A través de mis libros desmenuzo las preguntas que la vida me plantea y sacio mi curiosidad.

¿Qué vínculo hay entre vida, lectura y escritura?

Como he dicho no puedo separar vida de escritura, tampoco escritura de lectura ni lectura de vida…  Nuestra mayor herramienta para comunicarnos son las palabras que están presentes en nuestro día a día. No se puede escribir sin leer. Además a mí no me invade el cuaderno el hecho de estar leyendo dos o tres libros en el momento en el que estoy creando el mío propio. Incluso hay libros que requieren pausas. Nunca leo dos novelas al mismo tiempo porque quizá una me aparte de la historia de la otra o se entremezclen pero sí leo a diario para poder seguir empapándome de  literatura constantemente. Combino ensayo, poesía, relato, novela…  Lo que sí es inseparable para mí es vida y ficción. Cuando alguien me dice que no le interesa la ficción pienso que quizá a mí no me interese esa persona.

Tú eres librera, divulgadora cultural y, además, impartes talleres y acompañamientos personalizados para proyectos literarios varios… ¿Cómo llegas a todas partes?

No llego a todas partes, llego allí dónde quiero llegar.  Esa es la clave.

El tiempo solo sirve para organizar determinadas actividades que requieren un horario, para lo demás no existe. Hago todo aquello que me gusta hacer al igual que me rodeo de personas que me gustan. Supongo que la clave está en tener criterio, no decir a todo que sí, no ocupar tu día con aquello que no te apetece, no utilizar las redes sociales como patio de vecinos, no engancharse a series de doscientos capítulos que no muestran nada nuevo…

Madrugo, funciono con la luz del día, y voy paso a paso, sin grandes saltos, sin perderme nada.  Para mí es cuestión de respeto a uno mismo, quizá también de puntería.

Has hecho de la literatura tu medio de vida ¿cómo sacas tiempo para tu propia creatividad?

Mi vida es el resultado de mi creatividad. Siento que el  tiempo es infinito mientras esté viva. Una buena manera es primero escribir y luego hacer todo lo demás. No considero que mi creatividad solo esté presente en mis libros. Tampoco soy “rápida”. He tardado dos años en terminar mi último libro de relatos. A la escritura no le viene nada bien ser forzada, cuando una no se pone plazos y se centra en “hacer” el libro va creciendo hasta que un día está terminado. Tengo la suerte de no estar sometida a editoriales, plazos ni jefes.

Pienso mucho, soy insegura, me hago mayor… y me he hecho amiga de la incertidumbre. Eso da mucha calma. No tengo ni idea de cómo me irá mañana pero hoy estoy bien– me digo.

Es curioso pero las personas que viven con prisa suelen llegar tarde a sus citas. 

¿Qué le dirías a alguien que empieza ahora en el mundo de la escritura?

No me siento cómoda dando consejos. Simplemente que si le gusta escribir, escriba. Que no pretenda gustar a todo el mundo, que sea constante, que lea mucho, que no tenga prisa, que disfrute, que sea humilde y que se cuestione todo lo que lea, escuche, piense y  diga.

Lo mismo que le diría a cualquiera que empieza lo que sea.

*****

Me quiero quedar con esta frase que me parece realmente maravillosa: No llego a todas partes, llego allí dónde quiero llegar.  Esa es la clave.

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Seguimos avanzando con este artículo con una pequeña muestra de su obra. Reproducimos dos textos. El primero es una primicia, ya que está publicado en el libro que acaba de presentar. El segundo es un diamantito escondido en su segundo libro. Os dejo con su lectura.

MUESTRA DE SU OBRA

MIENTRAS

¿Por qué lo ocultas como si se tratase de un secreto si piensas publicarlo?

Imagino que querrás que cientos, miles de lectores lo lean.

Te acurrucas en un rincón del suelo asegurándote de que siempre tu portátil me dé la espalda.

He pensado que los viernes me quedaré en casa. Tú escribirás, claro.

Nos sentaremos uno al lado del otro en el sofá. Yo no miraré, estaré inmerso en mis cosas. Si queremos convivir tendremos que ser capaces de hacerlo todo juntos.

Se trata de confianza.

Porque en esta casa no hay secretos, ¿verdad?


(Publicado en: “pequeña” (2024))
EL AUTOBÚS

Cuando Vicenta Silva abrió los ojos, se encontró sentada en una parada de autobús. Para estar más cómoda se había quitado los zapatos que permanecían junto a sus pies. Sobre los hombros se apoyaba una chaqueta de lana suave, desabrochada e idónea para sustituir caricias. El pelo se le había descolocado hábilmente y la calma invadía todos los rincones de esa desconocida ciudad.

No quería saber su ubicación. Si estaba en aquel lugar era porque esperaba un autobús y allí paraban el “dieciocho” y el “cincuenta y cuatro”.

Le quedaban solamente dos recuerdos: la luna vigilando un bosque sin gente y aquel vestido rojo de su infancia que se manchaba de tierra en cada una de sus caídas.

Cogería el segundo autobús que llegase y durante su recorrido podría descubrir quién era.

Un hombre con el cabello blanco se sentó a su lado en silencio, sin apartar la mirada del suelo. A los pocos minutos apareció un autobús y él subió al tiempo que nueve personas salían por la puerta de atrás, habiendo llegado a su destino.

—Buenos días, Vicenta, ¿hoy no sube? —le gritó el conductor desde dentro.

—No, gracias, hoy espero el siguiente.

Quizá la libertad sea vivir sin memoria. Pero ya era imposible olvidar el rostro del conductor y olvidar también que si la reconocían, era porque habitualmente habría cogido el autobús 54. ¿Y si fuese un error tomar el segundo?

Esperaría el segundo 54 y mientras tanto para evitar detenerse en la duda, contaría en silencio los segundos, convirtiéndose en una especie de reloj humano.

Llegó el autobús 18 y decidió no subir.

—Buenos días, Vicenta. ¿No sube usted hoy? —gritó el conductor desde dentro.

—Sí —cambió de opinión— estaba claro que el destino era lo de menos.

(Publicado en: Autofobia, Ed. Huerga y Fierro (2019))

*****

Respecto a sus planes de futuro, nos reconoce que: Ahora mismo mi único plan es un viaje en julio que me permitirá ordenar las notas de una novela que tengo en la cabeza. En otoño seguiré con mis tertulias, talleres y lo que surja. Me apetece muchísimo dejarme llevar,  así que no puedo contar mucho más.

Y ésta es la magia de alguien que ama lo que hace. Porque como ella bien dice en la entrevista de un poco más arriba No tengo ni idea de cómo me irá mañana pero hoy estoy bien. Y esa, queridos y queridas, es la clave de alguien que sabe vivir de verdad.

Si quieres estar al día de sus actividades, síguela en @soy_cristina_serrano

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Y recordad, id a las librerías y a las bibliotecas, buscad sus libros. Dejaos sorprender. Y nunca, nunca, nunca, dejéis de leer y de tener curiosidad. En este caso, además, si los queréis con el mimo que ella le pondrá, pedídselos a ella. Al fin y al cabo, es nuestra librera de cabecera. ¿Quién mejor?

Felices lecturas, queridos y queridas. Y ya sabéis: ni un día sin poesía. Hasta el mes que viene.


TEJIENDO EN LA SOMBRA

Tejiendo y leyendo y escribiendo y viviendo y soñando y amando y… y todo lo que hago siendo todo lo que soy. Ahí estoy yo, detrás de este filandón violeta, intentando sobrevivir en una gran ciudad donde me siento hormiga, leyendo, escribiendo y recitando poesía, siendo madre, trabajadora y poeta de guardia, como decía nuestra querida Gloria. Me llamo Pilar Escamilla Fresco y si quieres saber de mí búscame aquí: www.caradeluna.es

Pero ante todo lee poesía, lee poesía todos los días de tu vida.
Y si tienes hijos, léeles poesías.
Sin poesía, no hay vida.

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