Sección: Escriben nuestras jóvenes
Viernes, 31 de marzo. 2023
A pesar de no tener una gran afición por la gran mayoría de deportes, tengo la suerte de estar rodeada de amigos que practican, compiten y les apasionan distintos tipos de deportes: desde la equitación hasta el Muay Thai.
Uno de ellos, en una conversación agradable un domingo por la tarde, me habló de una problemática que hasta entonces me había pasado desapercibida: la lucha de las mujeres por ser incluidas en el boxeo profesional.
Con gran pasión, me habló de una larga disputa entre los luchadores de los rings de boxeo y sus patrocinadores, quienes, sorprendidos ante un grupo de mujeres, que en 1880 subieron a un cuadrilátero de boxeo, relegaron al sector femenino de este deporte hasta un siglo más tarde, cuando, en 1990, su participación en luchas profesionales fue otorgada con muchas reticencias.
Es quizá un deporte que por su marcada violencia y brutalidad nunca ejerció un gran atractivo para muchas mujeres de Inglaterra de 1681, año de origen del boxeo con las reglas que conocemos en la actualidad.
La realidad del origen deporte, sin embargo, es muy antiguo, pues este se remonta al cuarto milenio antes de Cristo, siendo practicado tanto en Egipto como en Oriente. El juego de tirar de la cuerda, los levantamientos de peso y un boxeo primitivo figuraban entre las actividades cotidianas que tanto hombres como mujeres practicaban. La distinción entre deportes masculinos y femeninos comenzaría mucho tiempo después.
Sería a partir de 1880 cuando se registraran los primeros casos de mujeres atraídas de nuevo por este deporte. Relegadas a ejercicios gimnásticos más acordes con su rol social y constitución física, las mujeres suizas que primero se interesaron por el boxeo fueron criticadas duramente por la sociedad del momento. Una mujer no debía practicar un ejercicio tan violento que pusiera en peligro su fertilidad e integridad física. Solo años más tarde, en 1910, se abrieron academias clandestinas dedicadas a la enseñanza del boxeo a las mujeres suizas que así lo demandaban. Sin embargo, no eran demasiadas las chicas que acudían a estos establecimientos y la mayoría eran persuadidas para que practicasen otros tipos de actividades, dejando como boxeadoras, a las hijas de entrenadores o a sus mujeres.
Una mujer no debía practicar un ejercicio tan violento que pusiera en peligro su FERTILIDAD e integridad física.
No sería hasta 1971 con el sufragio femenino que el boxeo saliese a la calle de la voz de mujeres que querían igualdad de condiciones deportivas que los hombres, constituyéndose en 1992 el Boxclub Basel para mujeres, en donde estas pudieran entrenar y combatir de manera profesional.
Esto nos llevaría a una interesante reflexión sobre los motivos que rigen ciertas normas sociales y como estas cambian a favor de condicionamientos éticos y morales de cada época. Las mujeres no hemos cambiado desde la antigüedad, sino que han sido las mentalidades colectivas las que lo han hecho para darnos el espacio que debemos tener en la actualidad.
Irene Fidalgo López, es una joven escritora que tras estudiar el grado en Lengua española y su literatura en la facultad de León, actualmente se encuentra cursando un Máster en Formación del profesorado. Su interés por la literatura de lo insólito la ha llevado a colaborar en las residencias de verano con el grupo GEIG de literatura de la universidad de León.
Interesada por la lectura y escritura desde una edad temprana, comenzó su andadura por el mundo literario de su ciudad natal recitando en el Ágora de la Poesía y uniéndose posteriormente al joven colectivo #PLATAFORMA, con quienes ha participado en diversas performances poéticas y en publicaciones colectivas. Además ha participado también en las antologías colectivas de escritoras leonesas dedicadas, con motivo del 8 de marzo, a diversas escritoras como Josefina Aldecoa (2019) Alfonsa de la Torre (2020) Manuela López García (2021), así como en diversos encuentros como Escritores por Ciudad Juárez – León o la celebración del Día de las Escritoras, también en León.
Recientemente ha publicado su primer poemario Tiempo en calma con la editorial Mariposa Ediciones.