Por Paz Martínez
Sección: Mujer, arte, cultura y oficio
Miércoles, 19 de enero. 2022
Hoy nos parece de lo más común sentarnos frente al ordenador o la Tablet y ponernos a escribir o a explorar. Pero esta ventana mágica que se abre al mundo y nos permite saberlo todo de cualquier lugar y saberlo todo de casi cualquiera no aparece en nuestras vidas cotidianas como por arte de magia.
En el SXX apenas hay inventos registrados por mujeres, si es que los hay, pero eso no significa que no hubiera inventoras. Se puede suponer, una vez más, que muchas reconocieran sus inventos con nombre masculinos o cedieran patentes.
Este no es el caso de Ángela Ruiz Robles una maestra leonesa, concretamente de Villamanín que recibió muchos premios por su trabajo como inventora y publicó numerosos libros. En el año 1949 creó un libro mecánico pero la realidad es que nadie quiso materializar su idea. Cuando en 1970, tuvo una oferta para explotar este ambicioso invento en los Estados Unidos, creyó que lo mejor era rehusar la propuesta porque aspiraba a que los favorecidos fuesen únicamente los españoles. Al año siguiente fue el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S. A. (ITEMASA) quien puso su atención en la enciclopedia pero exigía que la inventora desembolsara una cantidad de dinero del que no disponía, así que la inventora del antecesor al libro electrónico y la Tablet se quedó con las ganas de que alguien en España diera vida a aquel artefacto, una especie de enciclopedia mecánica cuyo cometido era aligerar la pesada carga de los libros, lograr un modo de aprendizaje más llamativo e interesante y facilitar su fluidez en cualquier idioma.
El libro era en realidad una caja donde metió las materias de las asignaturas, en diferentes idiomas y podía leerse gracias a una suerte de bobinas. También, contaba con abecedarios y disponía de una luz que permitía usarlo a oscuras. No era algo tan sofisticado como el invento del e-book de Michael Hart en 1971 pero para la época de Ángela Ruiz supone un avance extraordinario. Y no sólo fue la predecesora del libro electrónico, sino que también diseñó una máquina taquimecanografía y un atlas científico-gramatical, porque creía que en España se podía aprender de otra forma.

Maestra de día y escritora de noche cuesta imaginar donde encontraba tiempo para crear sus inventos alimentada por su inquietud y necesidades de convertir el aprendizaje en algo entretenido, algo que todavía cuesta hacer entender a los ministerios de enseñanza que convierten el aprendizaje en interminables jornadas tediosas negando la creatividad y la individualidad del niño.
Si preguntáramos a los niños por los seres mitológicos y sus características nos darían una lección sobre los conocimientos que van albergando sin darse cuenta a través de las cartas coleccionables de Fortnite, por ejemplo. Yo lo he visto. Trasgos, duendes, enanos, licántropos, ninfas, sirenas, dragones, etc. Pero si pusiéramos todos esos conceptos en un libro de texto la cosa cambiaría dramáticamente.
Esto lo sabía Doña Angelita, que así la llamaban, y fue la razón de que creyera en otro tipo de enseñanza, más práctica, más amena, más interactiva.
En 1975 fallecía esta maestra visionaria en Ferrol donde pasó muchos años dando clase. Su Enciclopedia mecánica, como otros inventos, quedó en el olvido por falta de presupuesto. Desde el año 2012, el prototipo se encuentra en la Exposición permanente del Museo de Ciencia y Tecnología de A Coruña donde podréis verlo con detenimiento.
Angela Ruiz Robles, una mujer entre tantas de cultura y de oficio.
Nota: podéis encontrar más detalles de su trayectoria como inventora en el artículo que mi compañera Marisa Alonso Núñez realizó para este mismo blog: Era maestra, de pueblo y leonesa, pinchando sobre el enlace.
Paz Martínez Alonso (Santa Colomba de Somoza, León) ha publicado dos poemarios y ha participado en varias antologías poéticas y de micro-relato. Actualmente está preparando su último trabajo junto al cantautor madrileño Moncho Otero, En Son de Paz.
Finalista del Certamen Atardecer de otoño (1993) con el poema Dolor, publicado en la misma antología y posteriormente en el poemario De musgo y Piedra. Segundo premio en el VI concurso literario de Zahara de los Atunes, (Cádiz) con el poema Fértil.
Colabora con diversos proyectos que tratan de dar a conocer el entorno rural a través de diferentes propuestas culturales con el patrocinio del Ayuntamiento de Santa y la recuperación de Filandones Tradicionales, junto a Mercedes G. Rojo, a través del centro Cultural “El Casino” de Santa Colomba de Somoza, del que es presidenta desde 2016.
Su poema Dios Tilenus recogido en Los márgenes del Tiempo fue elegido emblema de la Asociación Montañas del Teleno, la cual trabaja por el desarrollo y sostenibilidad en el mundo rural.
Ha colaborado en el programa Hoy puede ser un gran día (Libertad FM), con el espacio Los libros de mi vida realizando reseñas literarias.
Colabora con la columna Serendipias en la sección de opinión La Tercera Columna del periódico digital Astorga Redacción. y en la publicación independiente Elefantes con alas.
Gracias por esta nueva visión de una mujer tan interesante.
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Reblogueó esto en Paz Martínez- En son de pazy comentado:
Una breve introducción a la mujer precursora de la tablet y el libro electrónico a través de mi participación em Masticadores Fem
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